Si por ti nací,
por ti crecí.
Si por ti morí,
por ti me extemecí.
Si deseé desearte,
deseé amarte.
Si deseé quererte,
deseé comerte.
Qué hay si no estás tú?
-Nada más que tristeza-.
Qué pasa si no apareces?
-Solamente soledad-.
Piensas creer que si.
Crees pensar que si.
Guardas sentimientos,
guardas un te quiero.
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martes, 11 de octubre de 2011
sábado, 8 de octubre de 2011
El dolor sube a la superficie...
Ni por la noche, ni por el día, ni desvelado, ni soñando.
No te has ido, me has dejado sólo aquí abandonado.
Quiero hablar contigo, pero me duele el corazón.
Me palpita tanto, que me ciega el alma.
Quiero oírte y dejar de echarte de menos.
No quiero seguir imaginándote, quiero verte.
Por las noches, al mediodía y cuando se paran los relojes
mi alma se retuerce por la tuya.
Se acabó el romanticismo, la distancia y ahora si es larga,
ha comenzado a doler.
Empieza a acabarse mi frialdad exterior.
Me derrito ante tu lejanía belleza y me descubro ante el mundo
como un enamorado y apasionado tuyo.
lunes, 5 de septiembre de 2011
Antes de la maratón, cita con el Doctor
Mini prólogo
He de avisaros que el Doctor que vais a conocer en breve, es Cardiólogo/Psicólogo.
Es la una de la tarde. Llevo toda la mañana comiéndome las uñas. Mi cita con el Doctor no termina de llegar, Y para decirme que estoy genial, encuentro una estupidez el hacerme la gente venir a verlo. He hablado con todos y todas las personas del hospital, a todos/as los he puesto locos a preguntas, pero he escuchado los problemas de cada uno de ellos/as. Hasta he podido oler la muerte y la vida en cuestión de segundos.
Son la 13:13 y por fin mi turno de entrar:
Doctor –Adelante.
Yo – Buenos días.
Doctor – ¿Qué le pasa a Usted?
Yo – Mire Doctor. ¿Me puede revisar la cabeza y el corazón? Ahora que me voy de maratón!
Doctor – Claro, por qué no. ¿Pero por algo en especial?
Yo – Si. Yo estoy convencido de que ambas cosas las tengo bien, pero mi familia y amigos/as, no.
Doctor – Vale, estése quieto un momento, que le voy a abrir en canal e inspeccionar.
Yo – Sin problemas, Doctor: corte, abra, raje, diseccione, golpee, como si yo no estuviera.
Doctor – Pues no le veo nada grave. Sólo que almacena una cantidad de imágenes salvajes, inhumanas, muy difíciles de digerir, pero eso si, veo mucho amor en su corazón. Por lo demás…
Yo – Gracias Doctor. ¿Entonces?
Doctor – Pídales cita a su familia y amigos/as para que los vea.
Capitulo 1
En el ambiente está cargado, pero de festivales de cine que han comenzado y otros que lo están por hacer. Todos los puntos cardinales españoles y europeos se llenan desde ahora – la Mostra de Venecia comenzó el Miercoles- y hasta finales de año, de eventos para los más cinéfilos. Cada uno tocando su género, cada uno especializándose – es lo que intentan años tras año- en un género-
La última semana de Septiembre tendremos en San Sebastián el Zinelmadia. Festival que por lo general, exhibe un cine más bien de autor. Y con secciones como una precisamente y aparte de los estrenos mundiales, llamada “American way Death- Cine negro americano 1990-2010”, que son imperdibles.
Más tarde, en Noviembre, tenemos el festival de cine independiente más importante de España. El Festival deGijón que se celebrará la última semana de dicho mes. Y donde se podrán ver joyas inclasificables y otras, duramente inaguantables para el corazón o la cabeza –depende del espectador.
Pero antes, entre medias de ambos -¿no os ha dado olor a carne podrida?-, está el Festival de Sitges. Si, Sitges. Lugar donde todos los Octubres de cada año se llena de sangre, vísceras, sudor, violencia, dolor, frikis, fantasía y mucho cine casposo, de zombies e inteligencias artificiales. De autor y otras rarezas como será “La invasión del Alien Bikini”, “Resurrect Dead: The Mystery of the Toynbee Tiles” o “Magic Trip: Ken Kelsey’s Search for a Kool Place”. Y todo esto a falta de la sección de las secciones. Midnight X-Treme.
Espero en próximos capítulos, ya que mi Doctor como habéis comprobado, me ha dicho lo que yo ya sabía. Contaros las siguientes entregas de la consulta y los especiales a poder ser, de Sitges.
viernes, 2 de septiembre de 2011
Breves imágenes (mías) de Sputnik, mi amor
Recuerdo lo que amabas por encima de todo. Me era imposible no saber por lo único que querías seguir viviendo y luchando hasta poder hacerte con él. Te conocí y me enamoré de ti. Eras muy atractiva, vestías totalmente diferente a como te correspondía - si acaso hay reglas-, eras una chica inteligente y aveces difícil de comprender.
Un día, conociste a otra chica, mayor que tú y de la que te quedaste totalmente prendada. Vuestra amistad creció, a la vez que fueron creciendo otros sentimientos -tuyos principalmente-. Yo, aveces dejaba de saber de ti, porque te perdías entre sus ojos. Pasarían los días, seguiría mi día a día y vosotras emprenderiais un largo viaje por Europa.
Por mucho que intentara centrarme en mis clases, por mucho que quisiera dejar de quererte. Me era totalmente imposible. Supe que vuestra gira europea terminó cerca de una isla de Mykonos. Allí, todo floreció, todo saltó por los aires. Vuestros cuerpos lucirían totalmente desnudos en aquellas idílicas playas. Tu amor te mataría por dentro y tú... para yo seguir esperándote en Tokyo.
domingo, 28 de agosto de 2011
Habemus Papam
Os escribe un superviviente de la descomunal y muy cuestionable visita del Papa, y por qué no, vetada visita si los laicos hubieran querido. Pero claro, eso supone poner muchas mejillas y sólo hay dos, igual, los creyentes que son tan bondadosos…
Como os decía, me encuentro en el rincón más oscuro de mi hogar, abastecido únicamente con una blackberry, un trocito de pan y un poco de vino, Amén. Decidí esconderme el 16 de Agosto, momento en el que Ratzinger aterrizó en Barajas (supongo), porque me extraña que no le hayan hecho una pista de aterrizaje en plena castellana. Pensé y dije, que lo mejor sería aislarse de toda posible información, bien por televisión (que sigo de estreno), como por radio o Internet. Me propuse alejarme de la civilización, especialmente, de la brutal marea de creyentes que saldrían locos manifestándose a través de estos medios. Deseando escuchar a un “Señor”.
Yo mismo, y por culpa de mi obsesión, me lleno de ideas para poder desde una buena cimentación, construir una envidiable narración. Eso es lo que se debe de hacer, lo que se consigue está por ver. El amor por el cine, la música, el arte, la literatura y unas cuantas cosas más, hacen que me desborde a la hora de escribir. ¿Cojo esto? ¿Tomo este camino? ¿Enlazo por aquí para luego ir por allí? ¿Pero de qué quiero escribir exactamente para hoy?
Corren como aguas desbordadas por mi mente, millones de cosas sugerentes, pero aquí escondido (que se vaya Benedicto ya, que estoy plegado como un erizo y veremos a ver como erijo) en lo más oscuro de mi piso, donde sólo me llegan mensajes con recomendaciones de cine para Benedicto XVI: Diálogos de carmelitas, Philippe Agostini, 1960; Yo confieso, Alfred Hitchcok, 1953; Palabra y utopía, Manoel de Oliveira, 2000; Ordet, Carl Theodor Dreyer, 1955. En todas ellas podemos ver el cine hecho Cristianismo. O como en el El Mesías, Roberto Rossellini , 1975 u otras donde Jesús es protagonista principal, desde las más ortodoxas: Jesús de Nazareth, Zeffirelli, 1977; hasta las más polémicas: La última tentación de Cristo, Martin Scorsese, 1988; pasando por las más físicas: La pasión de Cristo, Mel Gibson, 2004 o las más espirituales: El evangelio según San Mateo, Pier Paolo Pasolini, 1964; y hasta... ¡un musical! Jesucristo Superstar, Norman Jewison, 1973. Solamente puedo almacenar en mi disco duro, lo que será de España después las JMJ. Nada más, no me llega otra vida del exterior. Lo que sé, es por intuición y devoción.
Me puedo imaginar el gran fin de semana que pasarán cientos y miles de jóvenes en la capital madrileña. Visualizo instantáneas en un gran reciento al aire libre. Como si se tratara de un nuevo Woodstock, donde la música, droga y el sexo (pero cánticos de plegarias, drogas blandas como beber agua de Lourdes y sexo sin condón, en todo caso), camparán a sus anchas.
Me vienena a la mente, jóvenes asfixiados de calor esperando las imprescindibles rociadas de agua debido a las altas temperaturas que tiene que hacer en dicho recinto. Locos por escuchar su mensaje y ver posteriormente su vigilia.
Debe de ser indignante lo que los laicos o simplemente, ciudadanos de a pie, que no pertenezcan ni a un bando, ni a otro, deban de aguantar. Viendo como sus lugares de paseo los fines de semanas son cortados. Creo que se preguntarán, es lo que hago yo, que habiendo o teniendo sus iglesias, por qué cortar una ciudad y utilizar sus vías o parques públicos para jornadas de cristiandad, hostias y prosperidad.
Y por supuesto y debido a su fuerte llamarada, me salpican ideas (mejo no pensarlo) de cuando en los noventa hubo movimientos en Escandinavia llamados “Inner Circle”. Movimientos que no sólo se mostraron en prensa de todo tipo, por su inusual violencia, sino porque estuvieron respaldados por una ideología que los justificaba. Estos hechos violentos incluían: varias profanaciones a cementerios, amenazas de muerte a sacerdotes, dos asesinatos, un suicidio, y la quema de varias iglesias monumentales e históricas.
Trasladar esto a Madrid este mismo fin de semana sería de cine. Bueno, veo a los creyentes y a todo ser humano pagando nuevas obras en el Vaticano. Como en cualquier otro sitio de este mundo tan cristiano.
Me ha costado enderezarme, incluso la vista se me había hecho a la oscuridad. He adelgazado, a la barba, como a Jesucristo, le hace falta un repaso. El pelo, sin diadema de espinas, está grasiento. Aguantaré varios días sin noticias del exterior, aún teniendo que trabajar y ¿alegrarme? de la futura ayuda a la construcción… o a los bancos, por favor.
Próximamente, las jornadas mundiales en el Vaticano para ayudar al cuerno de África con todo lo recaudado.
Debe de ser indignante lo que los laicos o simplemente, ciudadanos de a pie, que no pertenezcan ni a un bando, ni a otro, deban de aguantar. Viendo como sus lugares de paseo los fines de semanas son cortados. Creo que se preguntarán, es lo que hago yo, que habiendo o teniendo sus iglesias, por qué cortar una ciudad y utilizar sus vías o parques públicos para jornadas de cristiandad, hostias y prosperidad.
Y por supuesto y debido a su fuerte llamarada, me salpican ideas (mejo no pensarlo) de cuando en los noventa hubo movimientos en Escandinavia llamados “Inner Circle”. Movimientos que no sólo se mostraron en prensa de todo tipo, por su inusual violencia, sino porque estuvieron respaldados por una ideología que los justificaba. Estos hechos violentos incluían: varias profanaciones a cementerios, amenazas de muerte a sacerdotes, dos asesinatos, un suicidio, y la quema de varias iglesias monumentales e históricas.
Trasladar esto a Madrid este mismo fin de semana sería de cine. Bueno, veo a los creyentes y a todo ser humano pagando nuevas obras en el Vaticano. Como en cualquier otro sitio de este mundo tan cristiano.
Me ha costado enderezarme, incluso la vista se me había hecho a la oscuridad. He adelgazado, a la barba, como a Jesucristo, le hace falta un repaso. El pelo, sin diadema de espinas, está grasiento. Aguantaré varios días sin noticias del exterior, aún teniendo que trabajar y ¿alegrarme? de la futura ayuda a la construcción… o a los bancos, por favor.
Próximamente, las jornadas mundiales en el Vaticano para ayudar al cuerno de África con todo lo recaudado.
domingo, 14 de agosto de 2011
Muchos tipos de crisis asolan España
La crisis televisiva, a mi parecer y por mis gustos, es la más larga de este país, pero claro, esta crisis no disgusta a tantos y tantas televidentes de la geografía española. Ya que se tragan absurdas, vacías y pedantes series o programas como “Mójate” de Telecinco o el reality show de Paris Hilton en uno de esos canales de la TDT, donde la “megastar”, congrega a un montón de chicas para hacer algo parecido al Gran Hermano, pero con la finalidad de conseguir ser la gran amiga de Hilton. Una mano a la cabeza, y ninguna a la cintura, sino a la boca para aguantar los vómitos. O series, donde de forma descarada sólo se quiere mostrar a los nuevos/as o no tan nuevos/as chicos y chicas guapas de España. Series rematadamente mal escritas, dirigidas y por supuesto mal interpretadas.
Yo, que no tenía televisión hasta hace poco más de un mes, por las noches, antes de acostarme, hundo mi dedo en la tecla P del mando y también, a su vez, me hundo en unas esperanzas fraguadas. Por eso, he decidido hacer lo mejor que se puede hacer con un televisor. Poner la tve2 y ver desde que te levantas hasta que te acuestas, todo lo que en dicho canal emiten. No nombro el canal de “Historia”, porque no lo tengo, ni el “Odisea”, porque pasa lo mismo. Y la otra solución (y la que más hago), únicamente encender la cajita cuadrada para disfrutar del séptimo arte, termino por cierto, atribuido a Ricciotto Canudo, primer crítico y teórico cinematográfico. Un arte para poder referirse al cine, frente a la concepción inicial de algunos que lo entendían más como un entretenimiento, más cercano al circo o a un parque de atracciones, que a una elevada forma de expresión artística como un concierto o la lectura de un libro.
Esos grandiosos y encomiables programas donde la cultura es siempre el tema de cabecera. En “Sálvame Deluxe” hay división de opiniones en lo que respecta al arreglo entre el presentador y una de las concursantes con madre incluida de “Supervivientes”. La ganadora por otro lado, Rosa de Benito, cuñada de Ortega cano. Todo para mi, bien preparado para tener charla durante todo un año. ¿No veis que hay hilos conectores? Luego, “Teletienda” a las tantas de la noche. Pero sino compramos por el día, con bancos y cajas abiertos/as, vamos a hacerlo a las dos de la mañana… Por no hablar de “Mujeres y hombres y viceversa… y vaya tontería más inmensa”. Donde las barbas milimétricamente afeitadas y niñas “super megaguay”, quedan para ligar, perdón, para conocerse y posteriormente, para ridiculizarse o ensombrecerse.
Es cierto que los gustos son muy personales, pero de ahí, a dejarse llevar por soberanas tonterías y cosas que no tienen la mayor importancia o relevancia. Quién descarta que mi madre se apunte al programa de Cuatro, “Quien quiere casarse con mi hijo”, me ponga al lado de ella y delante de una cámara, empiece a decir, quién soy y cómo soy.
Yo, que no tenía televisión hasta hace poco más de un mes, por las noches, antes de acostarme, hundo mi dedo en la tecla P del mando y también, a su vez, me hundo en unas esperanzas fraguadas. Por eso, he decidido hacer lo mejor que se puede hacer con un televisor. Poner la tve2 y ver desde que te levantas hasta que te acuestas, todo lo que en dicho canal emiten. No nombro el canal de “Historia”, porque no lo tengo, ni el “Odisea”, porque pasa lo mismo. Y la otra solución (y la que más hago), únicamente encender la cajita cuadrada para disfrutar del séptimo arte, termino por cierto, atribuido a Ricciotto Canudo, primer crítico y teórico cinematográfico. Un arte para poder referirse al cine, frente a la concepción inicial de algunos que lo entendían más como un entretenimiento, más cercano al circo o a un parque de atracciones, que a una elevada forma de expresión artística como un concierto o la lectura de un libro.
Esos grandiosos y encomiables programas donde la cultura es siempre el tema de cabecera. En “Sálvame Deluxe” hay división de opiniones en lo que respecta al arreglo entre el presentador y una de las concursantes con madre incluida de “Supervivientes”. La ganadora por otro lado, Rosa de Benito, cuñada de Ortega cano. Todo para mi, bien preparado para tener charla durante todo un año. ¿No veis que hay hilos conectores? Luego, “Teletienda” a las tantas de la noche. Pero sino compramos por el día, con bancos y cajas abiertos/as, vamos a hacerlo a las dos de la mañana… Por no hablar de “Mujeres y hombres y viceversa… y vaya tontería más inmensa”. Donde las barbas milimétricamente afeitadas y niñas “super megaguay”, quedan para ligar, perdón, para conocerse y posteriormente, para ridiculizarse o ensombrecerse.
Es cierto que los gustos son muy personales, pero de ahí, a dejarse llevar por soberanas tonterías y cosas que no tienen la mayor importancia o relevancia. Quién descarta que mi madre se apunte al programa de Cuatro, “Quien quiere casarse con mi hijo”, me ponga al lado de ella y delante de una cámara, empiece a decir, quién soy y cómo soy.
Y ella diga, no, yo lo que quiero es que mi hijo se case y me de un nieto. Quién sabe si se arreglará España y su crisis monetaria, laboral, social, etc.
Dejo de ver la caja tonta y me lanzo a los periódicos digitales. Posiblemente aquí no haya crisis y ver si por esta vertiente hay menos monerías. Repaso, veo ciento y una veces y en muchas de las webs, nombrar la prima de riesgo. Digo yo, pensé yo. Ya tenemos otro reality, pero esta vez leído y al parecer, la prima tiene que estar buena o ser guapísima, y por supuesto, el riesgo éste, un tipo famosísimo. Pero sorpresa la mía, cuando descubro que es una absoluta tiranía de nuestro propio Gobierno, la que ahora vamos a pagar.
España se hunde como el botón de mi mando. La televisión alimenta que da miedo. Los nuevos planes de estudios, nuevamente reformados, son de escándalo. El heredero de la dictadura, perdón, el Rey y su familia, gastándose todo nuestro dinero. Mi madre que le de un nieto, los indignados apaleados, cinco millones, por redondear, de parados, pero la costa Mediterránea hirviendo y camuflando la España dolida, sumergida e imposible de rescatar. El Papa que estar al venir y la de pasta que se va a desembolsar –la crisis deja de existir durante estos días- para que un Señor que no denuncia y castiga a curas, obispos, sacerdotes, etc., de abuso a menores, y para un país, que se debate entre lo aconfesional y confesional.
Dejo de ver la caja tonta y me lanzo a los periódicos digitales. Posiblemente aquí no haya crisis y ver si por esta vertiente hay menos monerías. Repaso, veo ciento y una veces y en muchas de las webs, nombrar la prima de riesgo. Digo yo, pensé yo. Ya tenemos otro reality, pero esta vez leído y al parecer, la prima tiene que estar buena o ser guapísima, y por supuesto, el riesgo éste, un tipo famosísimo. Pero sorpresa la mía, cuando descubro que es una absoluta tiranía de nuestro propio Gobierno, la que ahora vamos a pagar.
España se hunde como el botón de mi mando. La televisión alimenta que da miedo. Los nuevos planes de estudios, nuevamente reformados, son de escándalo. El heredero de la dictadura, perdón, el Rey y su familia, gastándose todo nuestro dinero. Mi madre que le de un nieto, los indignados apaleados, cinco millones, por redondear, de parados, pero la costa Mediterránea hirviendo y camuflando la España dolida, sumergida e imposible de rescatar. El Papa que estar al venir y la de pasta que se va a desembolsar –la crisis deja de existir durante estos días- para que un Señor que no denuncia y castiga a curas, obispos, sacerdotes, etc., de abuso a menores, y para un país, que se debate entre lo aconfesional y confesional.
sábado, 13 de agosto de 2011
El hombre que corría entre perros
No, no se trata de una nueva película que meter en la cesta donde se encuentran otras realcionadas con el mundo animal, o que llevan como título algo referente a animales. No voy a sumarla a películas como "El hombre que susurraba a los caballos", que no he tenido el gusto de ver. Tampoco la sumaré a "Los hombre que miraban fijamente a las cabras" y por supuesto, ojala, no es ningún rollo de cinta extraviada de "El hombre y la tierra" de Félix Rodríguez de la Fuente. Me viene ahora a la cabeza, una noticia donde telecinco y "Aquí hay tomate", mancillaron la imágen del gran divulgador naturalista.Y su multa les costó. Podría ser un nuevo experimento del tándem Soderberg/Clooney que tan buenos resultados tienen dentro del indie, pero tampoco, nada de esto tiene que ver con la majadería o delírio de hoy.
"El hombre que corría entre los perros" es una historia de cuarenta y cinco minutos basada en hechos reales. De hace apenas unos minutos, de escasos segundos, incluso, puedo ver la sudor deslizandose aún por la piel y quedándose gotitas enganchadas en las puntas del cabello, como gotas que resudan de alguna roca en ciertas cavidades oscuras de la tierra. Está aún vigente la experiencia, vivencia y poco aconsejable, también depende de lo que vayas a hacer, mi aventura con mis dos perros en una mañana calurosa donde el decidir salir a correr, ha sido más bien, una clase como las de Coco de Barrio Sesámo: "<< izquierda mika, izquierda rin-tin: Venga, vamos. Ahora a la derecha, hey!!, a la derecha he dicho>>". Por cierto, corren rumores de una deseada boda por parte de muchos internautas, entre Epi y Blas. Se pone en evidencia la sexualidad de estos muñecos que enseñaron a los niños a ser amigos de cualquier persona que fuera diferente a nosotros, o a ellos. La vida, que cosas tiene.
Siguiendo con las clases y con mi carrera entre perros. Te das cuenta, una vez más, de la increíble inteligencia de estos animales, pero a veces, y sorprendentemente, de su inexplicable tontuna o comportamiento. Cómo es posible, te tiene que querer mucho, demasiado, que les adviertas mil y una veces y no hacen o adviertes en ellos el más mínimo síntoma de caso. Eran las ocho de la mañana, tenían ganas de empezar el día con carrera continua y a su vez, quedar con la lengua por los suelos. No estaban para historias y harían lo que quisieran, incluso, fastidiar al dueño. Cuando veían oportuno, se adelanteban para oler cualquier excremento, pis o por el avistamiento de alguna zorra, perdiz, liebre, etc. Si se quedaban atrás, era por los mismo neceseres. Y así, hasta el final del trayecto, hasta que el dueño ha visto por conveniente parar, dejarlos descansar, porque son testarudos como el dueño y no continuar más con la graciosa prueba que me han hecho desarrollar hoy.
Correr con animales al lado, que casi los vas pisando, te llevan resguardado eso si, como si fueras alguien importante. No es aconsejable, ya que puedes acabar más pendientes de ellos, que de tu propio propósito. Por no hablar, de hacer carrera continua, y darte el el gusto y colocarte las medallas de que no salgan de la parcela (por tus huevos), alrededor de casa y acabar muerto mareado. Tirado en el suelo y lleno de lametazos por toda la cara y cuerpo. Pero ellos que van a saber, o si?
"El hombre que corría entre los perros" es una historia de cuarenta y cinco minutos basada en hechos reales. De hace apenas unos minutos, de escasos segundos, incluso, puedo ver la sudor deslizandose aún por la piel y quedándose gotitas enganchadas en las puntas del cabello, como gotas que resudan de alguna roca en ciertas cavidades oscuras de la tierra. Está aún vigente la experiencia, vivencia y poco aconsejable, también depende de lo que vayas a hacer, mi aventura con mis dos perros en una mañana calurosa donde el decidir salir a correr, ha sido más bien, una clase como las de Coco de Barrio Sesámo: "<<
Siguiendo con las clases y con mi carrera entre perros. Te das cuenta, una vez más, de la increíble inteligencia de estos animales, pero a veces, y sorprendentemente, de su inexplicable tontuna o comportamiento. Cómo es posible, te tiene que querer mucho, demasiado, que les adviertas mil y una veces y no hacen o adviertes en ellos el más mínimo síntoma de caso. Eran las ocho de la mañana, tenían ganas de empezar el día con carrera continua y a su vez, quedar con la lengua por los suelos. No estaban para historias y harían lo que quisieran, incluso, fastidiar al dueño. Cuando veían oportuno, se adelanteban para oler cualquier excremento, pis o por el avistamiento de alguna zorra, perdiz, liebre, etc. Si se quedaban atrás, era por los mismo neceseres. Y así, hasta el final del trayecto, hasta que el dueño ha visto por conveniente parar, dejarlos descansar, porque son testarudos como el dueño y no continuar más con la graciosa prueba que me han hecho desarrollar hoy.
Correr con animales al lado, que casi los vas pisando, te llevan resguardado eso si, como si fueras alguien importante. No es aconsejable, ya que puedes acabar más pendientes de ellos, que de tu propio propósito. Por no hablar, de hacer carrera continua, y darte el el gusto y colocarte las medallas de que no salgan de la parcela (por tus huevos), alrededor de casa y acabar muerto mareado. Tirado en el suelo y lleno de lametazos por toda la cara y cuerpo. Pero ellos que van a saber, o si?
lunes, 25 de julio de 2011
De mi Neurosis, a la de Anders Behring Breivik (El asesino de Oslo)
Madrid, viernes 22 de Julio – Son las tres de la tarde y echado sobre una de las camas del Hostal Salamanca, me dispongo a ver las últimas rampas que llevan a la cima del Alpe D´Huez (aún se llevará un tiempo). Y aprovecho, de paso, para descansar tras las cuatro horas de viaje y mentalizarme para lo que realmente hago en Madrid.
Oslo, viernes 22 de Julio – Tres de la tarde y todo en la ciudad de la paz, en la ciudad donde nunca pasa nada, sigue sin pasar nada. Todos sus ciudadanos, todo el planeta es ajeno a posibles fracturas emocionales. A rupturas de un sistema digno de alabar y que todo el mundo envidia. Un lugar donde la paz y el bienestar, viven por encima de todo.
Mi paz y bienestar eran como la de esos noruegos o ciudadanos del mundo que allí residen. Nada podría alterar mi sistema nervioso, nadie vendría a hacer cambiar mi estado de felicidad, aunque no estuviera en Oslo o a lo sumo, en Noruega.
Madrid, viernes 22 de Julio – Las siete de la tarde. Todo ha acabado: el espectáculo de Contador, mi descanso y la paz en Oslo (soy ajeno totalmente). Emprendo mi camino hasta el infierno, sé lo que puedo encontrar, pero no de que forma. Llego a la puerta y veo que en la sartén hirviendo todo es muy puntual, exageradamente puntual (lo veo perfecto) y tempranero (no me gusta tanto), pero no hay nada perfecto en este mundo imperfecto.
Oslo, viernes 22 de Julio – Siete de la tarde. Aún ajeno, siguen sin llegarme esas ondas expansivas o zumbidos de bala. ¿Cómo?, si estoy en el paraíso, pero que en breves momentos, me desvestiré de él. ¿Cómo?, si es impensable que nada, ni nadie pueda alterar despojando de sus vidas esa alegría, tranquilidad y frialdad que habita dentro de ellos.
Madrid, viernes 22 de Julio – Salgo del infierno (once de la noche), donde para mi ha sido todo un paraíso musical. He sentido y visto las ondas magnéticas de Karma To Burn. Magnífico Stoner-rock metalizado que ha servido como gran entrante para el éxtasis de intensidad, oscuridad y brutalidad que estaba por venir.
Si, he visto a Neurosis. Más de una década sin pisar tierras españolas y tengo que confesaros, que el infierno, no es tan diabólico, cuando se os sirve de manera especial, única e irrepetible. No hay infierno malo, cuando a pie de tierra, todo es dolor, sufrimiento y lágrimas. Neurosis demostraron ser lo que son en el mundo del metal, hoy día. Nos quemaron la piel, perforaron nuestros oídos, secaron nuestra piel y rompieron nuestras cervicales. Nos tuvimos que rendir.
Madrid/Oslo – 23 de Julio – Nueve de la mañana y habiendo sido escupido a la vida real, me encuentro con la actualidad más terrorífica, angustiosa, amarga, dolorosa e inconcebible. De cintura para arriba, he dejado de existir, no me encuentro bien, este no es mi cuerpo. Y mis ojos, lo único servible y ojalá los hubiera mantenido en el letargo, leen el terrible y espantoso atentado en Oslo y la isla de Utoya del día anterior. ¿Fue una señal tanta paz, placer y vivencias casi exóticas, lo de mi día en Madrid y la vida de y en Noruega?
¿Fue “Neurosis” que en términos clínicos psicológicos viene a referirse a trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral adecuado de las personas, lo que tuvo Anders Behring Breivik, la tarde del 22 de Julio? Alterando la vida de por vida, de Noruega y de los familiares, principalmente, de los noventa y dos fallecidos, terriblemente cosidos a disparos, unos, y explosionados, otros.
Del paraíso al horror. De un defectuoso mundo que a veces te da pequeñas alegrías o te hace vivir en armonía, para volver rápidamente a sus grandes agonías. Todas provocadas por el ser más terrible, normalmente; con ideologías que se alejan de lo normal, una creencia religiosa peligrosa y con muchas ganas de poder.
Escrito para Teleprensa.es/murcia
Oslo, viernes 22 de Julio – Tres de la tarde y todo en la ciudad de la paz, en la ciudad donde nunca pasa nada, sigue sin pasar nada. Todos sus ciudadanos, todo el planeta es ajeno a posibles fracturas emocionales. A rupturas de un sistema digno de alabar y que todo el mundo envidia. Un lugar donde la paz y el bienestar, viven por encima de todo.
Mi paz y bienestar eran como la de esos noruegos o ciudadanos del mundo que allí residen. Nada podría alterar mi sistema nervioso, nadie vendría a hacer cambiar mi estado de felicidad, aunque no estuviera en Oslo o a lo sumo, en Noruega.
Madrid, viernes 22 de Julio – Las siete de la tarde. Todo ha acabado: el espectáculo de Contador, mi descanso y la paz en Oslo (soy ajeno totalmente). Emprendo mi camino hasta el infierno, sé lo que puedo encontrar, pero no de que forma. Llego a la puerta y veo que en la sartén hirviendo todo es muy puntual, exageradamente puntual (lo veo perfecto) y tempranero (no me gusta tanto), pero no hay nada perfecto en este mundo imperfecto.
Oslo, viernes 22 de Julio – Siete de la tarde. Aún ajeno, siguen sin llegarme esas ondas expansivas o zumbidos de bala. ¿Cómo?, si estoy en el paraíso, pero que en breves momentos, me desvestiré de él. ¿Cómo?, si es impensable que nada, ni nadie pueda alterar despojando de sus vidas esa alegría, tranquilidad y frialdad que habita dentro de ellos.
Madrid, viernes 22 de Julio – Salgo del infierno (once de la noche), donde para mi ha sido todo un paraíso musical. He sentido y visto las ondas magnéticas de Karma To Burn. Magnífico Stoner-rock metalizado que ha servido como gran entrante para el éxtasis de intensidad, oscuridad y brutalidad que estaba por venir.
Si, he visto a Neurosis. Más de una década sin pisar tierras españolas y tengo que confesaros, que el infierno, no es tan diabólico, cuando se os sirve de manera especial, única e irrepetible. No hay infierno malo, cuando a pie de tierra, todo es dolor, sufrimiento y lágrimas. Neurosis demostraron ser lo que son en el mundo del metal, hoy día. Nos quemaron la piel, perforaron nuestros oídos, secaron nuestra piel y rompieron nuestras cervicales. Nos tuvimos que rendir.
Madrid/Oslo – 23 de Julio – Nueve de la mañana y habiendo sido escupido a la vida real, me encuentro con la actualidad más terrorífica, angustiosa, amarga, dolorosa e inconcebible. De cintura para arriba, he dejado de existir, no me encuentro bien, este no es mi cuerpo. Y mis ojos, lo único servible y ojalá los hubiera mantenido en el letargo, leen el terrible y espantoso atentado en Oslo y la isla de Utoya del día anterior. ¿Fue una señal tanta paz, placer y vivencias casi exóticas, lo de mi día en Madrid y la vida de y en Noruega?
¿Fue “Neurosis” que en términos clínicos psicológicos viene a referirse a trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral adecuado de las personas, lo que tuvo Anders Behring Breivik, la tarde del 22 de Julio? Alterando la vida de por vida, de Noruega y de los familiares, principalmente, de los noventa y dos fallecidos, terriblemente cosidos a disparos, unos, y explosionados, otros.
Del paraíso al horror. De un defectuoso mundo que a veces te da pequeñas alegrías o te hace vivir en armonía, para volver rápidamente a sus grandes agonías. Todas provocadas por el ser más terrible, normalmente; con ideologías que se alejan de lo normal, una creencia religiosa peligrosa y con muchas ganas de poder.
Escrito para Teleprensa.es/murcia
viernes, 8 de julio de 2011
El codex de cabecera de un pecador.
CODEX GIGAS, LA BIBLIA DE SATANÁS.
En estos días que sólo se habla de la desaparición del manuscrito original del Códice Calixtino, fechado en el siglo XII, me ha venido a la mente otro códice, tambien de esas fechas, siglo arriba, siglo abajo(al diablo, como a la Presley, digo yo, que no se le notara). No solo ha sido el robo, será también este calor abrasador que tenemos, que me lleva a pensar que así debe de ser el infierno, ese infierno al que seguramente iré de cabeza por tener pensamientos impuros a todas horas del día y de la noche(sobretodo en la siesta, como to quisqui), por tenerlos, encima (o debajo, según se tercie) con quien no debo, por saltarme reglas que no deberían de existir, y muchas cosas mas que hacen de El Código del Diablo mi manual de cabecera.
De su original de 320 hojas fueron arrancadas, no se sabe por qué ni por quién, ocho de ellas, en las cuales estaba escrita la Regla de San Benito. El resto, compuesto por cinco grandes textos, contiene una copia de la versión Vulgata de la Biblia que no incluye los Hechos de los Apóstoles ni el Apocalipsis, que son de una versión anterior, seguida por La Guerra de los judíos y las Antigüedades judías de Flavio Josefo. A continuación aparecen las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, un breve tratado de medicina, el Nuevo Testamento y, por último, la Crónica de Bohemia de Cosmas de Praga.
Allí estuvo hasta que en 1594, Rodolfo II el príncipe heredero a la corona, Rodolfo II, rescata el manuscrito gigante de la oscura celda monacal de Broumov, incorporándolo a sus espléndidas colecciones de objetos raros. El emperador contrata a personas para que le traduzcan pasajes y se envuelve en las páginas del libro incluyendo el dibujo del Diablo. Rodolfo, propenso a la melancolía desde pequeño, se vuelve antisocial, errático y paranoico, se mantiene encerrado en su castillo, hasta que su propia familia lo despoja del poder, y muere solo, sin ningún heredero para vengar su nombre.
Fuentes:
http://www.kb.se/codex-gigas/eng/
http://es.wikipedia.org/wiki/Codex_Gigas
En estos días que sólo se habla de la desaparición del manuscrito original del Códice Calixtino, fechado en el siglo XII, me ha venido a la mente otro códice, tambien de esas fechas, siglo arriba, siglo abajo(al diablo, como a la Presley, digo yo, que no se le notara). No solo ha sido el robo, será también este calor abrasador que tenemos, que me lleva a pensar que así debe de ser el infierno, ese infierno al que seguramente iré de cabeza por tener pensamientos impuros a todas horas del día y de la noche(sobretodo en la siesta, como to quisqui), por tenerlos, encima (o debajo, según se tercie) con quien no debo, por saltarme reglas que no deberían de existir, y muchas cosas mas que hacen de El Código del Diablo mi manual de cabecera.
El Códex Gigas fue considerado como una de las octavas maravillas del mundo, posee 624 páginas, y tiene las medidas descomunales de 92 centímetros de alto, 50,5 centímetros de ancho, 22 centímetros de profundidad y un peso de 75 kilos..
De su original de 320 hojas fueron arrancadas, no se sabe por qué ni por quién, ocho de ellas, en las cuales estaba escrita la Regla de San Benito. El resto, compuesto por cinco grandes textos, contiene una copia de la versión Vulgata de la Biblia que no incluye los Hechos de los Apóstoles ni el Apocalipsis, que son de una versión anterior, seguida por La Guerra de los judíos y las Antigüedades judías de Flavio Josefo. A continuación aparecen las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, un breve tratado de medicina, el Nuevo Testamento y, por último, la Crónica de Bohemia de Cosmas de Praga.
También contiene una serie de textos menores como pueden ser conjuros, varios tratados de historia, etimología y fisiología, así como un almanaque de necrológicas o el listado de los monjes que habitaban el monasterio.
También conocido como La Biblia del Diablo, cuenta la leyenda que este nombre se debe a que su autor, un antiguo monje del monasterio que había roto sus votos, cometió un grave crimen por el que fue condenado a morir emparedado. Ante tal tesitura, propuso a sus jueces crear esta magnífica obra, compendio del saber de entonces, en una sola noche para expiar su pecado pero, una vez puesto manos a la obra, y vista la imposibilidad de cumplir con su compromiso, ofreció su alma al diablo a cambio de su ayuda. El diablo terminó el trabajo en el plazo previsto y el pecador, agradecido, le dejó reflejado en la imagen que podéis ver a continuación:
Se cree que se terminó de escribir en 1230, desde entonces se ha cuestionado quien lo escribió y por qué lo hizo, la caligrafía del libro es muy constante por lo que no se sabe si fue un solo escritor o varios. Algunos investigadores tras pruebas de caligrafía y grafología, llegaron a la conclusión de que, desde sus formulas de tinta idéntica, hasta su caligrafía autodidacta, hasta su controversial contenido, fue escrita por tan solo un autor, algún monje cautivo voluntariamente (la palabra inclusus se ha interpretado como emparedado vivo, pero su verdadero significado es más cercano a recluso), un monje solitario en una celda sola, intentándose alejar del mundo para crear el trabajo de su vida y la posibilidad de reflexionar sobre los conceptos del bien y del mal.
Para finales del siglo XIII, el Codex es ya muy famoso y el monasterio de benedictinos de Podlažice en graves condiciones financieras, venden el manuscrito a los cistercienses de Sedlec, a instancias del obispo Gregorio de Praga. Más tarde, sería comprado de nuevo por los benedictinos, pero esta vez en el monasterio de Břevnov, financiando la compra el arzobispo de Praga,En todos los casos, el manuscrito siempre se encontró en sus orígenes dentro de la provincia de Bohemia, en la República Checa.
Allí estuvo hasta que en 1594, Rodolfo II el príncipe heredero a la corona, Rodolfo II, rescata el manuscrito gigante de la oscura celda monacal de Broumov, incorporándolo a sus espléndidas colecciones de objetos raros. El emperador contrata a personas para que le traduzcan pasajes y se envuelve en las páginas del libro incluyendo el dibujo del Diablo. Rodolfo, propenso a la melancolía desde pequeño, se vuelve antisocial, errático y paranoico, se mantiene encerrado en su castillo, hasta que su propia familia lo despoja del poder, y muere solo, sin ningún heredero para vengar su nombre.
Medio siglo más tarde, tras la Guerra de los Treinta Años, el castillo fue expoliado por el ejército sueco y el libro, junto a muchos otros tesoros, pasaron a formar parte de la colección de la Reina Cristina de Suecia. Cuando ésta marcha a Roma, el libro se queda en su palacio.
1697, Estocolmo, viernes 7 de mayo. Dentro del castillo Real yace el cuerpo del fallecido Carlos XI, sin saber por qué, el castillo se incendia, la familia Real huye por el pánico y los trabajadores del castillo regresan para salvar lo que puedan, según la leyenda un sirviente toma el gigantesco Codex y lo salva de la quema. Los investigadores creen que es por eso que las letras tienen como sombras que parecen quemaduras e igualmente dejaría la evidencia de tinta derretida, cubierta quemada, extremos rotos, pero las evidencias no se encuentran claramente en ningún lado, pero peculiarmente la sombra sigue un patrón regular ya que solo aparecen en las páginas cerca de Satanás.
Desde entonces se encuentra en ese país, primero en la biblioteca real y más tarde, desde 1877, en la biblioteca nacional de Suecia, en Estocolmo.
Mito y leyendas, lo cierto es que el Codex Gigas ha conservado su poder de atracción hasta día de hoy. De un precio incalculable, ha sido codiciado por muchos y los intentos de robo se han repetido a lo largo de la historia. Temor y obsesión, quien sabe si con algún mensaje oculto o sobrenatural que todavía permanece allí, esperando a que algún lector se atreva a descifrar las auténticas palabras del Diablo.
Yo, de momento, siguo intentando descifrar las facturas de la luz, auténticos conjuros del S.XXI...
Fuentes:
http://www.kb.se/codex-gigas/eng/
http://es.wikipedia.org/wiki/Codex_Gigas
martes, 28 de junio de 2011
Mi primer día de verano (En el Valle de los Caídos)
Un viaje siempre lo guardas en la cámara de video, cámara fotográfica o en la memoria, siempre traes con ese viaje, una anécdota, una historia o muchas que contar. Dicho viaje, puede ser uno más (para mí no lo es) o estar marcado por algo muy relevante, como una visita a un lugar concreto, que hace que difiera de otros tantos viajes e historias. Porque no todos los días te llenas de historia. Porque no todos los viajes, tienen como meta principal, una de las la etapas más negras de España. Por eso, cada viaje es una experiencia única, aderezada de ingredientes con tintes amargos, divertidos, entrañables, sangrantes, fríos, inolvidables u olvidables. Es por eso, que viajar ensancha el alma, abre la mente y te la opción de crecer, recapacitar y no volver a cometer ciertos errores.
Mi primer día de verano, veintiuno de Junio de dos mil once, el primero de todos ustedes también. Será recordado por una visita a un lugar emblemático, histórico, con una vida oscura, manchada de sangre, sudor, lágrimas y dolor. Para muchos, paraje idílico, pero por sus vistas (que son imponentes y bellas), y por su significado y pasado, e incluso actualidad. Para otros, lugar maldito, merecedor de la destrucción y de no más humillación (¿acaso el español olvida de un día para otro?). Pero para gustos, colores, nunca mejor dicho.
La noche anterior al viaje, me llegaron señales del más allá (de uno de los nuevos canales de la sexta, en concreto). Pasaban ‘Un día de furia’ de Joel Schumacher y protagonizada por Michael Douglas. Pensé rápidamente, ¿seré mañana Bill Foster?, rebelándome de momento contra una ideología y hechos que marcarían un país. Y acabando la cinta de Schumacher, sin descanso, ni aliento que recuperar, en un afán de la Sexta por tenerme más que avisado. Emitieron ‘El Gran Dictador’ de Charles Chaplin y volví a pensar. No, esto si que no, no puedo mañana levantar la voz, clamar a mis fieles con el brazo levantado y desde lo más alto de esa mole de granito brillante, pedir una España mejor. Llevándome por delante las vidas que hagan falta. Cogí, apagué el televisor e ignoré a estos fantasmas que iban a dormir conmigo antes de partir. Espíritus de carne y hueso ataviados con sabanas blancas, que sabían perfectamente de mis movimientos el primer día de verano y del vuestro.
Y llegando el día, la hora de marchar. Nos montamos en el coche y emprendimos nuestro viaje al Valle de los Caídos. Antes de encaramarnos por lo que en un pasado era conocido o lo sigue siendo, Valle de Cuelgamuros y ver como siempre que he pasado por la AP-6, esa descomunal cruz de ciento cincuenta metros de altura, sobre lo que se conocía como el Risco de la Nava. Pasé, pasamos (mi hermano era mi compañero de batalla) por el aeropuerto de Barajas para dejar dos paquetes con forma humana. Tenían dos piernas, dos brazos, cabeza, rostro y voz. Cerebro, ya no lo estoy tan seguro. Se iban a tierras Mexicanas.
Nos despediremos y con mucha envidia (por lo menos yo), vuelvo al coche, enchufo el Gps del móvil y veo que son setenta kilómetros los que nos separan de aquél gran ‘foso’ lleno de vidas humanas, ahora muertas, y que en contra de su voluntad, supongo, quedaron allí sepultados para siempre, bajo un descomunal mantel de granito, que hiela, literalmente. Pero antes de adentrarnos en el bosque que nos conducirá hasta discutido, problemático y nuevamente, lugar de actualidad, haremos la parada obligatoria para comer, ‘orar’ y recapacitar sobre nuestras posibles reacciones al ver, estar y sentir lo que nuestras vidas van experimentar al posarse y adentrarse, en un lugar negro, pero a su vez, majestuoso, todo hay que decirlo.
Y sin la digestión aún hecha, por el sablazo que nos dio un restaurante de carretera de Guadarrama y por lo temprano de nuestro levantamiento de trincheras. Partimos, ya está todo hecho, dijimos, ahora sólo queda pasear, observar, guardar el aliento, pensar y hablar en voz bajita, por lo menos dentro de la Basílica (que manía). Nos avisan de que todo está cerrado, que sólo se sube para efectos religiosos (no digo lo que contestó mi hermano) y no dimos nuestro brazo a torcer y llegamos a una zona de aparcamiento, teóricamente, bajamos del coche y el primer “firmes” en forma de granito brillante convertido en gigantescas escaleras que nos llevarían hasta una placeta, explanada más grande aún, muy soleada, abandona, con vistas a la sierra madrileña muy confortables, y dejando a nuestras espaldas lo que sería nuestra entrada a la Basílica, la entrada al nacimiento de la falange, a la tumba del franquismo.
Mi primer día de verano, veintiuno de Junio de dos mil once, el primero de todos ustedes también. Será recordado por una visita a un lugar emblemático, histórico, con una vida oscura, manchada de sangre, sudor, lágrimas y dolor. Para muchos, paraje idílico, pero por sus vistas (que son imponentes y bellas), y por su significado y pasado, e incluso actualidad. Para otros, lugar maldito, merecedor de la destrucción y de no más humillación (¿acaso el español olvida de un día para otro?). Pero para gustos, colores, nunca mejor dicho.
La noche anterior al viaje, me llegaron señales del más allá (de uno de los nuevos canales de la sexta, en concreto). Pasaban ‘Un día de furia’ de Joel Schumacher y protagonizada por Michael Douglas. Pensé rápidamente, ¿seré mañana Bill Foster?, rebelándome de momento contra una ideología y hechos que marcarían un país. Y acabando la cinta de Schumacher, sin descanso, ni aliento que recuperar, en un afán de la Sexta por tenerme más que avisado. Emitieron ‘El Gran Dictador’ de Charles Chaplin y volví a pensar. No, esto si que no, no puedo mañana levantar la voz, clamar a mis fieles con el brazo levantado y desde lo más alto de esa mole de granito brillante, pedir una España mejor. Llevándome por delante las vidas que hagan falta. Cogí, apagué el televisor e ignoré a estos fantasmas que iban a dormir conmigo antes de partir. Espíritus de carne y hueso ataviados con sabanas blancas, que sabían perfectamente de mis movimientos el primer día de verano y del vuestro.
Y llegando el día, la hora de marchar. Nos montamos en el coche y emprendimos nuestro viaje al Valle de los Caídos. Antes de encaramarnos por lo que en un pasado era conocido o lo sigue siendo, Valle de Cuelgamuros y ver como siempre que he pasado por la AP-6, esa descomunal cruz de ciento cincuenta metros de altura, sobre lo que se conocía como el Risco de la Nava. Pasé, pasamos (mi hermano era mi compañero de batalla) por el aeropuerto de Barajas para dejar dos paquetes con forma humana. Tenían dos piernas, dos brazos, cabeza, rostro y voz. Cerebro, ya no lo estoy tan seguro. Se iban a tierras Mexicanas.
Nos despediremos y con mucha envidia (por lo menos yo), vuelvo al coche, enchufo el Gps del móvil y veo que son setenta kilómetros los que nos separan de aquél gran ‘foso’ lleno de vidas humanas, ahora muertas, y que en contra de su voluntad, supongo, quedaron allí sepultados para siempre, bajo un descomunal mantel de granito, que hiela, literalmente. Pero antes de adentrarnos en el bosque que nos conducirá hasta discutido, problemático y nuevamente, lugar de actualidad, haremos la parada obligatoria para comer, ‘orar’ y recapacitar sobre nuestras posibles reacciones al ver, estar y sentir lo que nuestras vidas van experimentar al posarse y adentrarse, en un lugar negro, pero a su vez, majestuoso, todo hay que decirlo.
Y sin la digestión aún hecha, por el sablazo que nos dio un restaurante de carretera de Guadarrama y por lo temprano de nuestro levantamiento de trincheras. Partimos, ya está todo hecho, dijimos, ahora sólo queda pasear, observar, guardar el aliento, pensar y hablar en voz bajita, por lo menos dentro de la Basílica (que manía). Nos avisan de que todo está cerrado, que sólo se sube para efectos religiosos (no digo lo que contestó mi hermano) y no dimos nuestro brazo a torcer y llegamos a una zona de aparcamiento, teóricamente, bajamos del coche y el primer “firmes” en forma de granito brillante convertido en gigantescas escaleras que nos llevarían hasta una placeta, explanada más grande aún, muy soleada, abandona, con vistas a la sierra madrileña muy confortables, y dejando a nuestras espaldas lo que sería nuestra entrada a la Basílica, la entrada al nacimiento de la falange, a la tumba del franquismo.
De la gran explanada que se abría a Madrid, su sierra y el resto del país. Llena de soledad, calor y un ambiente que ahogaba sin temor. Decidimos adentrarnos en la Basílica, en una gran cueva bajo una hermosa montaña rocosa formada en su totalidad, por granito. Un detector de metales nos avisaba de que no podíamos sacar recuerdos al exterior, salvo los guardados y recreados por un mismo, dentro de su memoria. Ya que ni el típico puesto de recordatorios existía ya (¿pero qué tipo de recordatorios habría?, me pregunté yo). Y pronto nos adentramos en ese gran túnel macizo, de una belleza desmesurada, pronto empezarían a escacharse mis piernas, cintura, impidiendo caminar libre y fácilmente, estomago, pecho, garganta, brazos, etc. Todo bajaba de temperatura según caminábamos hacia delante (¿Pues qué habrá, nos preguntábamos ingenuamente? Y de repente, los fantasmas de la noche anterior cobraron vida.
Cada paso, un fantasma más a nuestras espaldas. Angustias, Soledad, Piedad. Estos eran sus nombres, este era nuestro miedo interior. Y así, con un frío que cortaba al propio granito y dejaba las pinturas y estatuas desnudas por completo. Llegamos al lugar más sagrado (como dije antes, para unos), o al lugar donde más remordimientos, odio y venganza, puede existir (para otros). Una gran piedra gris con una cruz tallada y una tarrina de flores fresca sobre nuestros pies y sobre esa gran piedra de mármol, bajo el pie de la cruz, tallado el nombre de José Antonio. Mi hermano, de mismo nombre, se llevó la mano al pecho izquierdo y los ojos, como fuentes para la ensalada se le pusieron. Yo, cerré las vías respiratorias por un momento (con el peligro que eso conllevaba) para poder mantener en su temperatura idónea mis pulmones, corazón y sobre todo, mi cerebro, y que no me traicionara manifestándome con vocabulario obsceno que hirviera ese instante. El frío era aguantable, pero dolía mucho por momentos e, incluso, el vaho, se resquebrajaba en mil pedazos cuando salía rozando al exterior, nuestra alma.
Nos miramos a los ojos y continuamos nuestro camino, pero pararíamos enseguida. Nos encontramos con otra piedra de mismas características y ornamentos, pero esta vez el nombre era Francisco Franco. Mi hermano, la mano que le quedaba libre, al pecho izquierdo, los ojos, eso no eran ojos, más bien, primo hermanos del anillo de Saturno. Yo, si aguantaba más el aire fresco dentro de mí, podría, incluso, yacer allí mismo. Pero no quería llegar a eso. Quería contaros mi propia historia, deseaba redactar mi primer día de verano, y dejarlo guardado para siempre. Cada viaje es una historia y éste lleva una historia dentro de otra historia.
El silencio que allí mantuve, fue por esos esclavos que gratuitamente cavaron su propia tumba. Por todos aquellos que derramaron su sangre y sudor, sus ideas y pavor. El frío que pasé, fue por la humedad existente. Porque cuando viajas en el tiempo, siempre la temperatura baja a cotas de bajo cero. Porque no todos los días, como cuando estuve en Berlín, vives y te sientes parte de la historia, por buena o desagradable que sea.
Cada paso, un fantasma más a nuestras espaldas. Angustias, Soledad, Piedad. Estos eran sus nombres, este era nuestro miedo interior. Y así, con un frío que cortaba al propio granito y dejaba las pinturas y estatuas desnudas por completo. Llegamos al lugar más sagrado (como dije antes, para unos), o al lugar donde más remordimientos, odio y venganza, puede existir (para otros). Una gran piedra gris con una cruz tallada y una tarrina de flores fresca sobre nuestros pies y sobre esa gran piedra de mármol, bajo el pie de la cruz, tallado el nombre de José Antonio. Mi hermano, de mismo nombre, se llevó la mano al pecho izquierdo y los ojos, como fuentes para la ensalada se le pusieron. Yo, cerré las vías respiratorias por un momento (con el peligro que eso conllevaba) para poder mantener en su temperatura idónea mis pulmones, corazón y sobre todo, mi cerebro, y que no me traicionara manifestándome con vocabulario obsceno que hirviera ese instante. El frío era aguantable, pero dolía mucho por momentos e, incluso, el vaho, se resquebrajaba en mil pedazos cuando salía rozando al exterior, nuestra alma.
Nos miramos a los ojos y continuamos nuestro camino, pero pararíamos enseguida. Nos encontramos con otra piedra de mismas características y ornamentos, pero esta vez el nombre era Francisco Franco. Mi hermano, la mano que le quedaba libre, al pecho izquierdo, los ojos, eso no eran ojos, más bien, primo hermanos del anillo de Saturno. Yo, si aguantaba más el aire fresco dentro de mí, podría, incluso, yacer allí mismo. Pero no quería llegar a eso. Quería contaros mi propia historia, deseaba redactar mi primer día de verano, y dejarlo guardado para siempre. Cada viaje es una historia y éste lleva una historia dentro de otra historia.
El silencio que allí mantuve, fue por esos esclavos que gratuitamente cavaron su propia tumba. Por todos aquellos que derramaron su sangre y sudor, sus ideas y pavor. El frío que pasé, fue por la humedad existente. Porque cuando viajas en el tiempo, siempre la temperatura baja a cotas de bajo cero. Porque no todos los días, como cuando estuve en Berlín, vives y te sientes parte de la historia, por buena o desagradable que sea.
Escrito para Teleprensa.es/murcia
jueves, 16 de junio de 2011
Desesperación camuflada
Igual que se esconde un lagarto tras la maleza o la arena desértica, según su hábitat y seguramente, debido al peligro que le acecha. Hay lagartos de una piel preciosa, todo hay que decirlo. Me escondo yo, de la misma manera me camuflo yo, pero tras la absoluta soledad que a veces me fluye por mis sistemas nerviosos, pegados (no sé bien que fijación tendrán) a mi cerebro. Sueñas con la soledad, deseas no camuflarte en ese estado y te llega. Te llega como la muerte un día irrumpirá en tu vida. Esa será la soledad malvada, insana y sin opción a cambios. Yo quiero otra soledad, una que me permita ver lo que sueño, lo que anhelo. Que me permita tocar, sentir, llorar y reír. Una soledad que no me tenga el cuerpo abrasado, como recién salido de la incineradora. Que no me haga ver las horas de la madrugada pasar, como la de los centinelas de la noche. Una soledad que juntará una vez más, mi noche con el día. La desesperación de no poder dormir con la incineración. No sueño con lagartos expertos en el arte japonés de desaparecer tras una nube de humo. No sueño con quemarme, ni con dejar de dormir para ver las horas pasar. Sueño, con un ático que desprende olor a Ángel, una dulce brisa y con la portadora de ese maravilloso perfume. Voy a ver si sueño, son las 01:42 de la madrugada del 16 de Junio de 2011.
lunes, 13 de junio de 2011
Un día en la playa, un día en la piscina.
Más allá de las olas sucias del mar, de sus algas que ni para revitalizar la piel sirven. De ese sol escandaloso, ardiente y de ideas maléficas. De tus pies en la orilla de ese mar. De tu piel bajo ese sol. De tus dulces curvas puestas al sol. De tus ideas, imposibles de quemar por esas desmedidas y perniciosas intenciones.
Aquí, bajo techo, agotado y alimentado de música desértica, la mejor opción para poder adentrarme en tu día de hoy. Escribo reclinado hacia la izquierda, piernas estiradas y la perra, reventada de su fiesta de la pasada noche, que quiere ser acariciada. Pero, sinceramente, sólo busco manosear la piel achicharrada.
Me gustaría, sueño, con compartir esas sucias olas del mar contigo. De taparte de micro partículas de tierra y refrigerar tu dulce y bello cuerpo; quemado, abrasado y expuesto al demonio del sol.
Tú allí y yo aquí, siempre es así. No importa sobre que sol te coloques, siempre estarás allí y yo aquí. Me adentro soñando una vez más, en el hermoso otoño y el venidero invierno. Y sólo deseo ser quemado por el frío y cortante sol del invierno.
Deseo que esa noche, tu estés aquí y yo aquí.
viernes, 13 de mayo de 2011
De Campeón a Triunfador
Palabras sinónimas por lo que en un principio, hablar de una u otra, debería dar exactamente lo mismo. Podría ser “vencedor” también, pero ya eligieron por mi hace muchos años ser campeón y ahora, yo, con un poco de palabra (la cabeza por lo visto no se me arregla), elijo o me he decantado por triunfador. No voy a matizar que es cada cosa, de donde provienen los nombres, quiero limitarme a expresar el resultado final de esa transición, el clímax vivido de esa nueva, extraña, difícil y diferente decisión que tomé el 29 de Abril de 2011.
De Campeón lo tenía todo y no tenía nada -me quedo con esto último-. De Triunfador no he tenido nada y puedo tenerlo todo. Para ser sinónimos, empiezo a ver como se distancian (bastante) sus mundos, como los dos polos sur de un imán, que nunca dejarán de repelerse. No es lo mismo gritar Campeón que Triunfador, no puedo sentir nada de lo nuevo, aunque de lo viejo, cada vez, siento menos (aunque duela). Que grande ha sido uno, podría serlo más, pero no basta con ser Campeón. Y el otro, que grande es el otro, que grande puede ser y que grande será. Es que empiezo a pensar si no son antónimas estas dos palabras, porque no encuentro ahora similitud alguna. Mira que empiezan las dudas después de varios días donde mis venas, corazón y cabeza han bebido, saltado, cantado y viajado en otro buque, después de treinta años sin cambiar de embarcación.
De Campeón a Triunfador hay más que una simple contrariedad, hay mucho más, dentro de estas dos palabras que aparte de ser vencedoras o querer serlo, luchan por muchas otras metas recorriendo caminos totalmente opuestos. Podrían partir de una polisemia, son sinónimas y creo que terminarán (como he dicho antes) siendo antónimas.
No hay razones en este mundo para explicar a veces, algunos movimientos, actos y decisiones. Pero también hay segundos en la vida en los que debes decidir si para allá o para acá, como cuando llegas a través de un pasillo a dos puertas exactamente iguales (sinónimo) y no sabes por cual decantarse (comienza la polisemia) y te decides finalmente por la de la izquierda (por ejemplo) y cuando entras, ves la antonimia.
Fue el último día, a última hora, no había más segundos de cuello, margen o incertidumbre. O Triunfador o nada, porque Campeón, podría haberlo sido, pero no me apetecía seguir intentando ganar con esa tripulación (no todos luchan por lo mismo ni de la misma forma). Quería ser ganador, quería vivir también esta vida que he elegido, que me está tocando afrontar, quería probar y ver como me resultaría todo en este nuevo viaje, en esta nueva homonimia festera. Y siempre, seguir siendo yo por encima de todo.
jueves, 28 de abril de 2011
Enjaezar enjaezar... enjaeza cada uno como sabe y le da la gana
Breve Introducción a las Fiestas Caravaqueñas
La Fiesta de los Caballos del Vino es un festejo "Único, insólito y pasional" como definió el escritor Don Pedro Ballester Lorca en uno de sus libros y se festejan el 2 de mayo.
Los Caballos del Vino, junto a Moros y Cristianos, forman las Fiestas de Caravaca de la Cruz que se celebran del 1 al 5 de mayo en honor a la patrona de la localidad, la Stma. y Vera Cruz de Caravaca.
A los Caballos del Vino, Rafael Pi Belda.
Los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz, el día dos de mayo se hacen con las calles de la ciudad, con sus esplendidos mantos bordados en seda y oro (añado yo mismo: y grandes diseños), y la espectacular carrera de los Caballos del Vino en la cuesta del castillo.
Los Caballos del Vino irrumpen estrepitosa y anualmente en la primavera de Caravaca, el día 2 de mayo, abriendo de par en par las puertas de la Fiesta Mayor que todos los años se dedica a la Stma. Cruz en Caravaca, particular rincón del Noroeste Murciano. Un alarde de fantasía y simbolismo. Se da culto a la fuerza, al valor, a la belleza y a los sentidos. Los orígenes de la fiesta se pierden en la nebulosa del tiempo fundiéndose entre la historia y la leyenda. Según la tradición popular, estando sitiada la fortaleza templaría de Caravaca por los moros granadinos, hacia 1250, y necesitando los moradores de la misma agua para abastecerse, ya que los algibes estaban exhaustos, un grupo de valerosos caballeros templarios atravesaron el sitio musulmán, con el consiguiente riesgo que ello entrañaba, y cargando pellejos de vino a lomo de sus corceles, al no poder conseguir agua, en el Campillo de los Caballeros, volvieron de nuevo, en veloz y espectacular carrera, a burlar el cerco enemigo para llevar el líquido elemento al defensor del Castillo, donde ya se guardaba, desde 1231, la Reliquia de la Stma. Cruz. Al llegar fueron recibidos con el consiguiente alborozo, ofreciendo y ataviando las mujeres a los mozos y a los caballos con ricos mantos bordados y ramilletes de flores, considerándolos, de esta forma, héroes y salvadores de la situación. Desde la Edad Media, con más o menos esplendor, según las épocas, se viene celebrando anualmente la efeméride. Sin embargo es en el S. XVIII, durante pleno Barroco, es cuando la fiesta comienza a configurarse como tal, y durante el Romanticismo Decimónico cuando alcanza la estructura lúdica que hoy tiene.
El Festejo tiene lugar durante la mañana de cada Dos de Mayo, víspera de la fiesta de la Cruz, fecha en que Caravaca se convierte en la capital de la alegría, de la belleza y de la participación festera. Los caballos del Vino comienzan de madrugada con el lavado y enjaezamiento del caballo, en más de cuarenta lugares diferentes de la ciudad. Pocos espectadores, lo más vinculados a las peñas o familia, tienen el privilegio de asistir a la ceremonia. Con las primeras luces matinales el grupo (formado por el caballo y cuatro caballistas), se dispone a reconocer las calles que pocas horas después constituirán el escenario del espectáculo. Veloces carreras y solemnes presencias comienzan a conseguir adeptos que ya no abandonarán a la peña en todo el discurrir del festejo.
La Fiesta de los Caballos del Vino es un festejo "Único, insólito y pasional" como definió el escritor Don Pedro Ballester Lorca en uno de sus libros y se festejan el 2 de mayo.
Los Caballos del Vino, junto a Moros y Cristianos, forman las Fiestas de Caravaca de la Cruz que se celebran del 1 al 5 de mayo en honor a la patrona de la localidad, la Stma. y Vera Cruz de Caravaca.
A los Caballos del Vino, Rafael Pi Belda.
Los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz, el día dos de mayo se hacen con las calles de la ciudad, con sus esplendidos mantos bordados en seda y oro (añado yo mismo: y grandes diseños), y la espectacular carrera de los Caballos del Vino en la cuesta del castillo.
Los Caballos del Vino irrumpen estrepitosa y anualmente en la primavera de Caravaca, el día 2 de mayo, abriendo de par en par las puertas de la Fiesta Mayor que todos los años se dedica a la Stma. Cruz en Caravaca, particular rincón del Noroeste Murciano. Un alarde de fantasía y simbolismo. Se da culto a la fuerza, al valor, a la belleza y a los sentidos. Los orígenes de la fiesta se pierden en la nebulosa del tiempo fundiéndose entre la historia y la leyenda. Según la tradición popular, estando sitiada la fortaleza templaría de Caravaca por los moros granadinos, hacia 1250, y necesitando los moradores de la misma agua para abastecerse, ya que los algibes estaban exhaustos, un grupo de valerosos caballeros templarios atravesaron el sitio musulmán, con el consiguiente riesgo que ello entrañaba, y cargando pellejos de vino a lomo de sus corceles, al no poder conseguir agua, en el Campillo de los Caballeros, volvieron de nuevo, en veloz y espectacular carrera, a burlar el cerco enemigo para llevar el líquido elemento al defensor del Castillo, donde ya se guardaba, desde 1231, la Reliquia de la Stma. Cruz. Al llegar fueron recibidos con el consiguiente alborozo, ofreciendo y ataviando las mujeres a los mozos y a los caballos con ricos mantos bordados y ramilletes de flores, considerándolos, de esta forma, héroes y salvadores de la situación. Desde la Edad Media, con más o menos esplendor, según las épocas, se viene celebrando anualmente la efeméride. Sin embargo es en el S. XVIII, durante pleno Barroco, es cuando la fiesta comienza a configurarse como tal, y durante el Romanticismo Decimónico cuando alcanza la estructura lúdica que hoy tiene.
El Festejo tiene lugar durante la mañana de cada Dos de Mayo, víspera de la fiesta de la Cruz, fecha en que Caravaca se convierte en la capital de la alegría, de la belleza y de la participación festera. Los caballos del Vino comienzan de madrugada con el lavado y enjaezamiento del caballo, en más de cuarenta lugares diferentes de la ciudad. Pocos espectadores, lo más vinculados a las peñas o familia, tienen el privilegio de asistir a la ceremonia. Con las primeras luces matinales el grupo (formado por el caballo y cuatro caballistas), se dispone a reconocer las calles que pocas horas después constituirán el escenario del espectáculo. Veloces carreras y solemnes presencias comienzan a conseguir adeptos que ya no abandonarán a la peña en todo el discurrir del festejo.
Breve relato de como enjaezar (vestir) un caballo para el dos de Mayo
Cuando aún no has recogido tu polvorienta alma, aturdida, emocionada, bebida y destrozada por el día uno, decides en plena madrugada ducharte en vez de acostarte, abrigarte e irte a la cuadra a vestir el caballo de tu peña. De dormir ya tendrá uno tiempo cuando muera. Es más, el ritual de enjaezar un caballo para el día dos de Mayo, es toda una experiencia emocional al alcance de todos, pero no seleccionada por muchos. Yo mismo, pasé un tiempo de todo y todos, pero vi que estar lejos de ese frío primaveral (a las cuatro de la mañana), esa olor a caballo, la luz que desprende la ropa que has preparado para tal día, la torta, el chocolate, las risas, nervios, el sol y sombra, alguna que otra paloma y la traca de las siete, te hacen recapacitar y decir, esto es una vez al año y mi corazón se rompe en pedazos con cada cohete. La cuadra se llena de lágrimas, de esperanza y de ilusión, de muchos nervios y emoción. Es lo que tiene ser peñista y amar una peña antes de que saliera a la calle por primera, incluso.
El enjaezamiento consta de once piezas (normalmente) visibles al público que son diseñadas y bordadas por personas “humanas” entregadas en cuerpo y espíritu y con mucho tesón durante ocho meses la que más. Brión o pieza que se le coloca en la cabeza. Crineras, que cubren la zona del cuello del caballo. Pecho pretal, que va donde su mismo nombre indica y las dos mantas, una a cada lado del lomo del caballo. Casi terminando, en la parte trasera veremos las culeras o atarres, cuyos nombres también indican dónde irán colocadas. La penúltima pieza se denomina culata, es de las más pequeñas del manto y va colocada en la parte superior del trasero. Y por fin, como colofón final, las dos tobilleras, que creo que no hace falta detallar dónde deben ponerse.
Y conocidas las piezas que llevará esta mañana el animal (sé e imagino, que la mayoría de ustedes tienen esto más que aprendido, pero pijo, me lo han pedido). Nos lanzaremos con la principal pieza y una de las que no se ve. La jarma, que se puede entender como el “armazón” donde irán la mayoría de piezas sujetas, principalmente, las mantas y el pecho. Mientras se coloca la jarma y la cincha (correa que atraviesa la jarma para dejarla bien sujeta al caballo), un compañero irá haciendo el atacolas. El atacolas es la forma de trenzar la cola del caballo, para posteriormente, envolverla en algodón y adornarla con las bolas o madroños de lana de colores. Hecho esto, lo que sigue es todo un rito, un momento lleno de silencio, emoción y concentración. Puesto este armazón, supongo e imagino ahora yo, que cada uno vestirá en el orden que mejor vea, su caballo.
Armados de tijeras, hilo, algodón, cintas y en resumidas cuentas, una caja con todo lo necesario para toda esta labor, los encargados de vestir al caballo suelen ser los principales protagonistas de la temprana mañana del día dos que, incluso, a veces se retrasan hasta las nueve de la mañana. Hora límite, ya que está el Señor don gato, no pijo, eso era una canción. El señor cura, diciendo unas cositas importantes y de una trascendencia vital para todos los caballistas de Caravaca.
Lo que suceda a partir de las nueve de la mañana, es mejor dejarlo archivado en la historia caravaqueña, ya se encarga Paco de eso. Lo mejor, es disfrutar de uno de los días más auténticos, coloridos, salvajes, peligrosos, largos, emocionantes, folkloricos y únicos que tiene el año y el planeta. La subida a la Basílica/Santuario –mira que tener ahora dos nombre para la misma cosa- es una lucha constante contra las adversidades físicas, psíquicas y gástricas de uno/una todo el día, donde unos buscan la gloria y otros, ser glorificados.
Reflexión final
Pero este año, de crisis absoluta y total, de recortes hasta en el papel para limpiarse el culete. No sé por donde saldrá el sol, que valor tiene a mostrarse menos horas incluso, por si no tenemos, ni para agradecerselo. Caravaca se llenará, bueno, se llenaba de luces y color, porque han recortado el presupuesto para iluminación y posiblemente, salgamos con una vela a nuestro balcón.
La crísis pasa factura, pero lo tengo comprobado, qué solamente a los que no son de la casa mayor. Ya qué estos, se ocupan de sus bolsillos, llenos tener. Es triste, vergonzoso y penoso. La culpa?, del pueblo, pero ahora, disfrutemos de estos hermosos días que se nos vienen encima de momento.
Venir a Caravaca de la Cruz y disfrutar de estos días, porque es otra viviencia para tu vida.
viernes, 22 de abril de 2011
Nena
A que te dedicas los viernes por la noche?. Hay varias posibilidades, aunque no sean precisamente las que yo nombre la tuya especialmente, digo yo. Y no sé no sé, de verdad, si voy a poder arrimarme mucho más al ordenador en otras ocasiones, porque lo vivido ese viernes -ya que hay un viernes en concreto-, no tiene nombre. Da por sudar solo de pensarlo. Si quiero volver a escribir, será mucho antes de ser absorbido.
Terminas tu jornada de viernes, te vas un rato de cervezas y a la ducha rápidamente para ir de cena y continuar con las copas. O, terminas la jornada, te vas de cervezas, picas un poco de alguna tapa y continúas de copas. Te haces con droga (dos renglones más arriba, después de ducharte, también puedes pillar droga), blanda o dura. Te dedicas a beber y consumir hasta fallecer. Bebes, bailas e intentas ligarte a alguna chica. Te quedas apoyado en la barra del pub, bebiendo, intentando hablar con el de al lado (se supone que tu amigo o amiga o posiblemente, un perdido como tú. Un desconocido, vamos), dices de vez en cuando alguna barbaridad y pierdes los ojos mirando a las chicas que por allí andan. También y según el grado de drogadicción o alcoholismo que tengas, es posible que solo te dediques a meterte o beber, sin importarte nada más.
Terminas tu jornada de viernes, te duchas, cenas (sin tener que haberlo hecho, porque estás gordo), te sientas frente al pc; escribes, escuchas tu música (la que te gusta se entiende, a no ser que seas músico de verdad y también escuches esta), sigues escribiendo, pensando, queriendo, amando, deseando (de que lleguen las once y pico más o menos) y, empiezas a ponerte nervioso y no deberías, ya es un mes prácticamente. Escriben al móvil, lo coges, ves la señal y el toque de queda sabes que está declarado, cosa importante de no olvidar, pero arreas de tu casa como un flechín. Ascensor…garaje…coche…calle…aparcamiento, el dichoso móvil se reinicia. Te sientas en el pollo de la entrada mientras tanto -increíble los caprichos de la tecnología-, termina el proceso, toque y corriendo sigilosamente hacia arriba como si de un cometa se tratara (el 1P/Halley, mismamente). Rápido y fugaz, sin dejar la más mínima pista que pueda confundir y/o alterar al mundo. Esquivando a loba coja que dejo tras de mi, buscando ella por la mirilla y lo que el ángulo le permite, alguna presa que cazar y despedazar, con una terrible e insólita arma de acojonar. Un móvil.
Ahhhhhhhhhh que placer, que tranquilidad, que comodidad, que vida más bonita la que ahora toca vivir, la quiero vivir. Y la gente preocupada por la economía, cuando solo hay que pensar en el nivel de potencia al que la aspiradora te va a someter, a una exigencia máxima con la que deberás de enfrentarte en cuestión de minutos. Todo está preparado hace rato.
Sofá, besos, abrazos, caricias, suaves palabras y un té, mmmmmmmmmm!! Se calienta el interior intestinal por el té y se calienta la piel por la chica de al lado. Nada, no hay libreta ni apuntes que valgan, no hay apenas diálogos, solo amor y un calentón más grande que el del volcán Islandés impronunciable. Pero haciendo un breve estudio, igual de esos apretujones, achuchones y besos, sale el dichoso nombre. No sé, no está el coño para ruidos y más cuando la noche está tan avanzada. La hora golfa está en todo su esplendor. El periscopio emerge, consigue subir a la superficie rápidamente y todo, y lo único que ve (porque no hay nada más increíble) e importa es una larga y maravillosa silueta de una tremenda mujer plantada allí delante. Brutal, el objetivo del periscopio se echa a llorar, se le nubla la visión, está temblando y su crecimiento continúa. Esta mujer es asombrosa, despampanante, rizada y capaz de erizarte (espera espera, que todavía no hemos llegado al erizamiento del año).
El erizamiento del año, la visita inesperada y sin cita previa a la muerte fría y sudorosa que vives mientras ves esa luz blanca tan famosa al final del túnel. Ese dichoso brillo celestial o mental del que habla la gente que muere por unos momentos y luego logra volver. Pero por desgracia, esos que ven la luz están malamente enfermos de algo grave de verdad. Yo solo, la visité por placer, de placer, por amor y de amor. Muy diferente. Que estuviera apunto de no contarla y no poder contarla, es otro cantar.
Te alejas de la mesa; 1520, 1521, 1522, etc. Te retiras de cientos de ojos, portadas y palabras que te acosan. Dejas de ver el parpadear (ese amarillo brillante, que no llega a ser amarillo) del router o módem de debajo del televisor. El té ha bajado ya a los tobillos y tus pasos sigilosos, sin zapatillas, apenas hacen daño al piso. Avistas una luz al fondo del pasillo (la del túnel está por llegar), ya no hay más que caminar y giras a la izquierda, danger a la derecha. Te adentras en la cueva mágica, en la caverna del sexo y el amor, el desenfreno y el descontrol. Te quedas como tu madre te trajo al mundo, bueno, todo un poco más grande, y más, sabiendo que el periscopio, aunque tenga la vista nublada ante tanta belleza, está empalmado vivo.
Ahora, todo se confunde, todo se nubla, ya no es solo el visor. Todo cambia de color y esa oscuridad cavernosa se convierte en una explosión asombrosa que recuerda al mejor ácido que probaste en tu juventud, donde por entonces, era imposible lidiar con la realidad. Pero en este caso, dentro de esta cueva tan bien apañada, cómoda y amplia, lo mejor y más recomendable es dejarse llevar por los instintos más salvajes, humanos, y amplios que un ser humano puede llegar a guardar en su cabeza. Caes en la cama, besos, caricias, tocamientos ya mucho más serios, incluso, se empiezan a agarrar ciertos volúmenes que sobresalen de los cuerpos, músculos que crecen y crecen (y no solo la polla). Todo está desbordado, ya no hay marcha atrás, que pase lo que tenga que pasar, si tengo que morir de amor (en este caso de placer), que me arrastren, que me lleven muerto y empalmado al cementerio de los tontascos (palabra utilizada cuando una persona está enamorada/o), yo quiero saber y creer, que lo último que viví y disfruté, fue subir al Kilimanjaro y una vez allí, gritar de amor, te quiero.
Ese desbordamiento total, esas nauseas y paseo por el túnel llega cuando la aspiradora humana en forma de belleza, empieza a comértela. A ti te empiezan a venir las primeras sudores, uuuu, ahhhhhh, diosssssss, por favor!!, aaaaaaa, joderrrrrr, sigue, no pares (los efectos especiales). Te sujetas o coges a las sabanas, de tanto apretar, se funden en tu propia piel, pasan a formar parte de ti mismo. La sudor cae por el cuello, el pecho comienza a dolerte, la cintura dejas de sentirla, las piernas tiemblan más que el volcán impronunciable. El cuerpo es una auténtica dulzura para cualquier científico que quiera explorar e investigar los cambios corporales y sistemas nerviosos del ser humano durante una felación sin precedentes. Ahora sudas entero, boca mano, mano boca, boca mano y el kilimanjaro. El corazón ha pasado la barrera, hace tiempo, los límites que una maquina pueda detectar. Ohhh!!, la luz. Acabo de entrar en el túnel, paseo durante minutos por ese placidísimo pasillo de un blanco puro, camino hacia delante como bien puedo, ni arrastrándome consigo avanzar. Esas últimas corrientes, espasmos o vibraciones que nos dicen, hasta aquí has llegado macho. Descansa en paz.
He sufrido, he muerto de placer y he querido o podido contar que ahora, la vida si que es fantástica, única.
Nena, dame agua, estoy seco.
Terminas tu jornada de viernes, te vas un rato de cervezas y a la ducha rápidamente para ir de cena y continuar con las copas. O, terminas la jornada, te vas de cervezas, picas un poco de alguna tapa y continúas de copas. Te haces con droga (dos renglones más arriba, después de ducharte, también puedes pillar droga), blanda o dura. Te dedicas a beber y consumir hasta fallecer. Bebes, bailas e intentas ligarte a alguna chica. Te quedas apoyado en la barra del pub, bebiendo, intentando hablar con el de al lado (se supone que tu amigo o amiga o posiblemente, un perdido como tú. Un desconocido, vamos), dices de vez en cuando alguna barbaridad y pierdes los ojos mirando a las chicas que por allí andan. También y según el grado de drogadicción o alcoholismo que tengas, es posible que solo te dediques a meterte o beber, sin importarte nada más.
Terminas tu jornada de viernes, te duchas, cenas (sin tener que haberlo hecho, porque estás gordo), te sientas frente al pc; escribes, escuchas tu música (la que te gusta se entiende, a no ser que seas músico de verdad y también escuches esta), sigues escribiendo, pensando, queriendo, amando, deseando (de que lleguen las once y pico más o menos) y, empiezas a ponerte nervioso y no deberías, ya es un mes prácticamente. Escriben al móvil, lo coges, ves la señal y el toque de queda sabes que está declarado, cosa importante de no olvidar, pero arreas de tu casa como un flechín. Ascensor…garaje…coche…calle…aparcamiento, el dichoso móvil se reinicia. Te sientas en el pollo de la entrada mientras tanto -increíble los caprichos de la tecnología-, termina el proceso, toque y corriendo sigilosamente hacia arriba como si de un cometa se tratara (el 1P/Halley, mismamente). Rápido y fugaz, sin dejar la más mínima pista que pueda confundir y/o alterar al mundo. Esquivando a loba coja que dejo tras de mi, buscando ella por la mirilla y lo que el ángulo le permite, alguna presa que cazar y despedazar, con una terrible e insólita arma de acojonar. Un móvil.
Ahhhhhhhhhh que placer, que tranquilidad, que comodidad, que vida más bonita la que ahora toca vivir, la quiero vivir. Y la gente preocupada por la economía, cuando solo hay que pensar en el nivel de potencia al que la aspiradora te va a someter, a una exigencia máxima con la que deberás de enfrentarte en cuestión de minutos. Todo está preparado hace rato.
Sofá, besos, abrazos, caricias, suaves palabras y un té, mmmmmmmmmm!! Se calienta el interior intestinal por el té y se calienta la piel por la chica de al lado. Nada, no hay libreta ni apuntes que valgan, no hay apenas diálogos, solo amor y un calentón más grande que el del volcán Islandés impronunciable. Pero haciendo un breve estudio, igual de esos apretujones, achuchones y besos, sale el dichoso nombre. No sé, no está el coño para ruidos y más cuando la noche está tan avanzada. La hora golfa está en todo su esplendor. El periscopio emerge, consigue subir a la superficie rápidamente y todo, y lo único que ve (porque no hay nada más increíble) e importa es una larga y maravillosa silueta de una tremenda mujer plantada allí delante. Brutal, el objetivo del periscopio se echa a llorar, se le nubla la visión, está temblando y su crecimiento continúa. Esta mujer es asombrosa, despampanante, rizada y capaz de erizarte (espera espera, que todavía no hemos llegado al erizamiento del año).
El erizamiento del año, la visita inesperada y sin cita previa a la muerte fría y sudorosa que vives mientras ves esa luz blanca tan famosa al final del túnel. Ese dichoso brillo celestial o mental del que habla la gente que muere por unos momentos y luego logra volver. Pero por desgracia, esos que ven la luz están malamente enfermos de algo grave de verdad. Yo solo, la visité por placer, de placer, por amor y de amor. Muy diferente. Que estuviera apunto de no contarla y no poder contarla, es otro cantar.
Te alejas de la mesa; 1520, 1521, 1522, etc. Te retiras de cientos de ojos, portadas y palabras que te acosan. Dejas de ver el parpadear (ese amarillo brillante, que no llega a ser amarillo) del router o módem de debajo del televisor. El té ha bajado ya a los tobillos y tus pasos sigilosos, sin zapatillas, apenas hacen daño al piso. Avistas una luz al fondo del pasillo (la del túnel está por llegar), ya no hay más que caminar y giras a la izquierda, danger a la derecha. Te adentras en la cueva mágica, en la caverna del sexo y el amor, el desenfreno y el descontrol. Te quedas como tu madre te trajo al mundo, bueno, todo un poco más grande, y más, sabiendo que el periscopio, aunque tenga la vista nublada ante tanta belleza, está empalmado vivo.
Ahora, todo se confunde, todo se nubla, ya no es solo el visor. Todo cambia de color y esa oscuridad cavernosa se convierte en una explosión asombrosa que recuerda al mejor ácido que probaste en tu juventud, donde por entonces, era imposible lidiar con la realidad. Pero en este caso, dentro de esta cueva tan bien apañada, cómoda y amplia, lo mejor y más recomendable es dejarse llevar por los instintos más salvajes, humanos, y amplios que un ser humano puede llegar a guardar en su cabeza. Caes en la cama, besos, caricias, tocamientos ya mucho más serios, incluso, se empiezan a agarrar ciertos volúmenes que sobresalen de los cuerpos, músculos que crecen y crecen (y no solo la polla). Todo está desbordado, ya no hay marcha atrás, que pase lo que tenga que pasar, si tengo que morir de amor (en este caso de placer), que me arrastren, que me lleven muerto y empalmado al cementerio de los tontascos (palabra utilizada cuando una persona está enamorada/o), yo quiero saber y creer, que lo último que viví y disfruté, fue subir al Kilimanjaro y una vez allí, gritar de amor, te quiero.
Ese desbordamiento total, esas nauseas y paseo por el túnel llega cuando la aspiradora humana en forma de belleza, empieza a comértela. A ti te empiezan a venir las primeras sudores, uuuu, ahhhhhh, diosssssss, por favor!!, aaaaaaa, joderrrrrr, sigue, no pares (los efectos especiales). Te sujetas o coges a las sabanas, de tanto apretar, se funden en tu propia piel, pasan a formar parte de ti mismo. La sudor cae por el cuello, el pecho comienza a dolerte, la cintura dejas de sentirla, las piernas tiemblan más que el volcán impronunciable. El cuerpo es una auténtica dulzura para cualquier científico que quiera explorar e investigar los cambios corporales y sistemas nerviosos del ser humano durante una felación sin precedentes. Ahora sudas entero, boca mano, mano boca, boca mano y el kilimanjaro. El corazón ha pasado la barrera, hace tiempo, los límites que una maquina pueda detectar. Ohhh!!, la luz. Acabo de entrar en el túnel, paseo durante minutos por ese placidísimo pasillo de un blanco puro, camino hacia delante como bien puedo, ni arrastrándome consigo avanzar. Esas últimas corrientes, espasmos o vibraciones que nos dicen, hasta aquí has llegado macho. Descansa en paz.
He sufrido, he muerto de placer y he querido o podido contar que ahora, la vida si que es fantástica, única.
Nena, dame agua, estoy seco.
jueves, 21 de abril de 2011
Gnomos
Definición de “Alguno”: tipo que no deja de cagarse en dios, la boca le pierde, pero la mente lo retiene. Un impresentable de esta sociedad, desubicado totalmente en este planeta, que lucha cada día más por huir bien lejos -a poder ser, con la persona amada-.
Es terrible y doloroso que después de años, de muchos años, buscando tu gnoma, al fin la encuentres y te des cuenta que ella es la verdadera joya que le faltaba a tu corazón, veas que es la media naranja de todos tus amaneceres, la que es capaz de compartir contigo el mismo medio metro cuadrado, esté como esté, ponerlo todo perdido de aceite (del atún) y no importarle nada más que tú. Sobrarle absolutamente todo, excepto tú y tu forma de ser. Y yo, que la quiero y necesito por como es y lo que es. No quiero riquezas, quiero esta gnoma, ella ya es mi tesoro, me lo proporciona todo. Y digo terrible y doloroso, porque ha pensado mi gnoma hasta límites insospechados y decide o sugiere que tanto amor es mejor que no. Que nos bifurquemos, que tomemos un camino diferente, que nuestras raíces recién injertadas, vuelvan a ser arrancadas y que el futuro depare lo que quiera deparar.
Siglos esperando este momento, siglos llorando por vivir con esta intensidad una vida, que sin mi gnoma, no es vida, ni es des-vida. Una vida normal, arrumbada mejor dicho, a la ruina, desorden mental, abocada al desconcierto y no concierto de una dulce melodía que mi gnoma si sabe darme al oído. Explicar que vida o des-vida viviría –no sé aplicar otras palabras a mi estado sin mi gnoma- es llenaros el alma de alarmas incendiarias, clavaros puñales en los ojos y no derramar sangre, sino lágrimas ásperas, inhóspitas y desesperanzadoras. Como deciros, que soy quien soy en la actualidad, gracias a este “personaje/persona” de ficción y real a la vez. Que es imposible desplegar un campo de batalla, pero lleno de alegría, humor y pasión –las luchas para los políticos y países árabes- de manera tan sobrenatural, bueno, de forma natural y con un estilo antes visto. Capaz mi gnoma, de impregnarme, bañarme, inundarme, ahogarme estrepitosa y maravillosamente con su amor, dedicación, frenesí y locura por mi gnomo interior.
Jamás te conoces, hasta que no conoces a tu gnoma auténtica (y mi gnoma de la que les hablo, es la más original, pura y positiva que podré conocer en mis cuatrocientos años de vida). Y también les digo, que hablar más, que contar más cosas sobre esta gnoma, me hace sentir débil, me hace romperme en mil pedazos y de difícil reconstrucción. Me da por pensar entonces a mi –y me lo tiene prohibido-, y ya no le encuentro sentido a estos años de vida. A esa floración final donde yo solo, no sería capaz de echar una simple mata o tallo.
No quiero esta vida para esta pareja de gnomos, no quiero dolor, sólo pasión y delirio. Pero a ver quien abandona el barco, quien es capaz –ninguno de los dos- de arrojarse por la borda sin morir antes de zambullirse en el frío mar, que todo esconde y camufla de dolores o muertes tristes para siempre.
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