En estos días que sólo se habla de la desaparición del manuscrito original del Códice Calixtino, fechado en el siglo XII, me ha venido a la mente otro códice, tambien de esas fechas, siglo arriba, siglo abajo(al diablo, como a la Presley, digo yo, que no se le notara). No solo ha sido el robo, será también este calor abrasador que tenemos, que me lleva a pensar que así debe de ser el infierno, ese infierno al que seguramente iré de cabeza por tener pensamientos impuros a todas horas del día y de la noche(sobretodo en la siesta, como to quisqui), por tenerlos, encima (o debajo, según se tercie) con quien no debo, por saltarme reglas que no deberían de existir, y muchas cosas mas que hacen de El Código del Diablo mi manual de cabecera.
El Códex Gigas fue considerado como una de las octavas maravillas del mundo, posee 624 páginas, y tiene las medidas descomunales de 92 centímetros de alto, 50,5 centímetros de ancho, 22 centímetros de profundidad y un peso de 75 kilos..
De su original de 320 hojas fueron arrancadas, no se sabe por qué ni por quién, ocho de ellas, en las cuales estaba escrita la Regla de San Benito. El resto, compuesto por cinco grandes textos, contiene una copia de la versión Vulgata de la Biblia que no incluye los Hechos de los Apóstoles ni el Apocalipsis, que son de una versión anterior, seguida por La Guerra de los judíos y las Antigüedades judías de Flavio Josefo. A continuación aparecen las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, un breve tratado de medicina, el Nuevo Testamento y, por último, la Crónica de Bohemia de Cosmas de Praga.
También contiene una serie de textos menores como pueden ser conjuros, varios tratados de historia, etimología y fisiología, así como un almanaque de necrológicas o el listado de los monjes que habitaban el monasterio.
También conocido como La Biblia del Diablo, cuenta la leyenda que este nombre se debe a que su autor, un antiguo monje del monasterio que había roto sus votos, cometió un grave crimen por el que fue condenado a morir emparedado. Ante tal tesitura, propuso a sus jueces crear esta magnífica obra, compendio del saber de entonces, en una sola noche para expiar su pecado pero, una vez puesto manos a la obra, y vista la imposibilidad de cumplir con su compromiso, ofreció su alma al diablo a cambio de su ayuda. El diablo terminó el trabajo en el plazo previsto y el pecador, agradecido, le dejó reflejado en la imagen que podéis ver a continuación:
Se cree que se terminó de escribir en 1230, desde entonces se ha cuestionado quien lo escribió y por qué lo hizo, la caligrafía del libro es muy constante por lo que no se sabe si fue un solo escritor o varios. Algunos investigadores tras pruebas de caligrafía y grafología, llegaron a la conclusión de que, desde sus formulas de tinta idéntica, hasta su caligrafía autodidacta, hasta su controversial contenido, fue escrita por tan solo un autor, algún monje cautivo voluntariamente (la palabra inclusus se ha interpretado como emparedado vivo, pero su verdadero significado es más cercano a recluso), un monje solitario en una celda sola, intentándose alejar del mundo para crear el trabajo de su vida y la posibilidad de reflexionar sobre los conceptos del bien y del mal.
Para finales del siglo XIII, el Codex es ya muy famoso y el monasterio de benedictinos de Podlažice en graves condiciones financieras, venden el manuscrito a los cistercienses de Sedlec, a instancias del obispo Gregorio de Praga. Más tarde, sería comprado de nuevo por los benedictinos, pero esta vez en el monasterio de Břevnov, financiando la compra el arzobispo de Praga,En todos los casos, el manuscrito siempre se encontró en sus orígenes dentro de la provincia de Bohemia, en la República Checa.
Allí estuvo hasta que en 1594, Rodolfo II el príncipe heredero a la corona, Rodolfo II, rescata el manuscrito gigante de la oscura celda monacal de Broumov, incorporándolo a sus espléndidas colecciones de objetos raros. El emperador contrata a personas para que le traduzcan pasajes y se envuelve en las páginas del libro incluyendo el dibujo del Diablo. Rodolfo, propenso a la melancolía desde pequeño, se vuelve antisocial, errático y paranoico, se mantiene encerrado en su castillo, hasta que su propia familia lo despoja del poder, y muere solo, sin ningún heredero para vengar su nombre.
Medio siglo más tarde, tras la Guerra de los Treinta Años, el castillo fue expoliado por el ejército sueco y el libro, junto a muchos otros tesoros, pasaron a formar parte de la colección de la Reina Cristina de Suecia. Cuando ésta marcha a Roma, el libro se queda en su palacio.
1697, Estocolmo, viernes 7 de mayo. Dentro del castillo Real yace el cuerpo del fallecido Carlos XI, sin saber por qué, el castillo se incendia, la familia Real huye por el pánico y los trabajadores del castillo regresan para salvar lo que puedan, según la leyenda un sirviente toma el gigantesco Codex y lo salva de la quema. Los investigadores creen que es por eso que las letras tienen como sombras que parecen quemaduras e igualmente dejaría la evidencia de tinta derretida, cubierta quemada, extremos rotos, pero las evidencias no se encuentran claramente en ningún lado, pero peculiarmente la sombra sigue un patrón regular ya que solo aparecen en las páginas cerca de Satanás.
Desde entonces se encuentra en ese país, primero en la biblioteca real y más tarde, desde 1877, en la biblioteca nacional de Suecia, en Estocolmo.
Mito y leyendas, lo cierto es que el Codex Gigas ha conservado su poder de atracción hasta día de hoy. De un precio incalculable, ha sido codiciado por muchos y los intentos de robo se han repetido a lo largo de la historia. Temor y obsesión, quien sabe si con algún mensaje oculto o sobrenatural que todavía permanece allí, esperando a que algún lector se atreva a descifrar las auténticas palabras del Diablo.
Yo, de momento, siguo intentando descifrar las facturas de la luz, auténticos conjuros del S.XXI...
Fuentes:
http://www.kb.se/codex-gigas/eng/
http://es.wikipedia.org/wiki/Codex_Gigas
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