miércoles, 28 de noviembre de 2012

Beak> "Beak>>" (2012)

Escondido bajo este curiosísimo nombre podemos encontrar a Geoff Barrow (Portishead), Billy Fuler y Matt Williams. Barrow, cabeza pensante/futurista capaz de construir y producir música que quita el hipo. Sus creaciones sombrías se llenan de una vida húmeda, oscura y sintetizada.

El asombroso mundo de Beak> es el minimalismo del futuro. Una música que hace que cuerpo y mente quieran exteriorizar sensaciones y se tengan que propagar por el interior de uno mismo sin salida alguna al exterior, quedándose a vivir en nuestros  fluidos sensoriales.

Música del Siglo XXI lanzada hacia nuevas fronteras. "Eggdog" y "Ladies´ Mile" son dos de sus bombas de una lóbrega experimentación eléctrico  musical.


El disco lo tenéis pinchando sobre la portada.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Trastornos.




Al borde del suicidio, rodeado de personas que lo ignoran. Bien por un acantilado, bien por la terraza o desde un simple bordillo a la desesperanza. De cabeza, de pies, de espalda o con los ojos cerrados. Ciertas y extrañas fuerzas que nunca habían hecho visita alguna, incluso, ni siquiera avisado. Tentaciones y temblores. Nervios descontrolados fuertemente controlados. Vaivenes, dudas, sustos, miedo y terror. Una jungla en vías de destrucción pidiendo a nadie una salvación. Oyendo voces, viendo vidas y muertes. Sintiendo y asimilando que una desesperación se te ha colado dentro de ti. Sobre ti, hacia ti y por ti. Y sólo tú eres el responsable y único capaz de arrancar esta nueva, pesada y densa sombra que ha caído sobre ti.

Lidiar con la tentación, la agonía y la supremacía de la auténtica y descomunal sintonía con tu propia vida. Apaciguar tu ritmo de vida intentando guardar risas para otro día. La calma que tu propio psiquiatra te pediría, sobrevolando como una densa nube de gas tóxico que te ahoga y saca de ti todo para desnudarte y venderte, como cualquier vida de aquellos años donde nadie te conocía. Luchando por una claridad existente pero lejana. Mordiendo con sabiduría lo que antes no pensaba o sucedía. Saboreando mis días entre una ficción tristemente real y pesada. Saliendo de lo oscuro a lo claro y cayendo por instantes al nuevo pozo de un mundo desarmado.

Poco a poco en un combate de años donde no existe ni campana ni ring. Sin jueces ni número de asalto. Una lucha despiadada donde no hay más agua que unas lágrimas que lavan tu sangre a tu cuerpo pegada. Sin final o con una vuelta de tuerca tan sorprendente que cualquier guionista soñaría. Vendidos, sí, como una especie de cuerpos gritando al mundo por una salvación aun llena de amargura y dolor. Aguardando por un no suicidio y sí una luz que su brillo te queme todas las penas. Esperando y soñando por un rumbo mejor. Navegando, surcando, muriendo o viviendo por un viento a favor.

martes, 6 de noviembre de 2012

Cosmopolis (2012)


Debo ser masoquista, friki ya lo sabía, voy contra viento, marea y cierta parte de la humanidad. La paciencia, esa que años atrás no tenía, parece haber mejorado un poquito y encontrarse en vías de auto-transformación. Pero con el transcurso de la vida y la regeneración de mi cerebro o el de su putrefacción, no dejo de pensar en lo que realmente está sucediendo ahí arriba. Y “Cosmopolis”, la última película del gran –en tiempos lejanos- David Cronenberg (“Inseparables”, “Spider”, “Chrash”…), es una muestra de lo que menciono. Director que ha dejado de lado el cine que lo elevó a lo más alto del fantástico: se atreve ahora a adaptar la exitosa novela de Don Delillo con mismo nombre. Una novela que refleja de manera breve y contundente un implacable retrato del capitalismo. Que muy lejos de afectar al frágil sistema reinante parece reforzarlo, circunstancia que podría llevarle a la autodestrucción.

Cronenberg, que no se reconoce por ningún lado, nos presenta a Eric Packer (Robert Pattinson), un joven multimillonario, que planea cortarse el pelo en su barbería favorita en la otra punta de la ciudad. Recorriendo Manhattan en su limusina, por la que van pasando su mujer, sus socios y sus amantes. Eric descubre que alguien quiere asesinarle a la vez que el caos se apodera de su imperio. La era del capitalismo puede llegar a su fin. Y de manera lenta, densa y por momentos, increíble creer el estar aguantando, vemos la caída de nuestro protagonista al infierno más rojo y ardiente donde especulaciones, un futuro imprevisible –o previsible según avanza la limusina- es inevitable e interesante.


La avaricia de nuestro protagonista. La prolongación de sus negocios que son su propio asesinato. El no encontrar reparo, dolor o sentimientos en sus actos, lo convierten en un –enfermo- y diabólico magnate buscando su propio final. La limusina, su estado y el lugar donde termina nuestro –su- viaje, en un mano a mano con Benno Levin (Paul Giamatti) hacen pensarse muy bien lo que acabamos de ver. 

Escrita para un diario local y "aprovechada" de paso para mi blog Cinema Underground, donde la hago un poco más extensa.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails