domingo, 14 de agosto de 2011

Muchos tipos de crisis asolan España

La crisis televisiva, a mi parecer y por mis gustos, es la más larga de este país, pero claro, esta crisis no disgusta a tantos y tantas televidentes de la geografía española. Ya que se tragan absurdas, vacías y pedantes series o programas como “Mójate” de Telecinco o el reality show de Paris Hilton en uno de esos canales de la TDT, donde la “megastar”, congrega a un montón de chicas para hacer algo parecido al Gran Hermano, pero con la finalidad de conseguir ser la gran amiga de Hilton. Una mano a la cabeza, y ninguna a la cintura, sino a la boca para aguantar los vómitos. O series, donde de forma descarada sólo se quiere mostrar a los nuevos/as o no tan nuevos/as chicos y chicas guapas de España. Series rematadamente mal escritas, dirigidas y por supuesto mal interpretadas.

Yo, que no tenía televisión hasta hace poco más de un mes, por las noches, antes de acostarme, hundo mi dedo en la tecla P del mando y también, a su vez, me hundo en unas esperanzas fraguadas. Por eso, he decidido hacer lo mejor que se puede hacer con un televisor. Poner la tve2 y ver desde que te levantas hasta que te acuestas, todo lo que en dicho canal emiten. No nombro el canal de “Historia”, porque no lo tengo, ni el “Odisea”, porque pasa lo mismo. Y la otra solución (y la que más hago), únicamente encender la cajita cuadrada para disfrutar del séptimo arte, termino por cierto, atribuido a Ricciotto Canudo, primer crítico y teórico cinematográfico. Un arte para poder referirse al cine, frente a la concepción inicial de algunos que lo entendían más como un entretenimiento, más cercano al circo o a un parque de atracciones, que a una elevada forma de expresión artística como un concierto o la lectura de un libro.

Esos grandiosos y encomiables programas donde la cultura es siempre el tema de cabecera. En “Sálvame Deluxe” hay división de opiniones en lo que respecta al arreglo entre el presentador y una de las concursantes con madre incluida de “Supervivientes”. La ganadora por otro lado, Rosa de Benito, cuñada de Ortega cano. Todo para mi, bien preparado para tener charla durante todo un año. ¿No veis que hay hilos conectores? Luego, “Teletienda” a las tantas de la noche. Pero sino compramos por el día, con bancos y cajas abiertos/as, vamos a hacerlo a las dos de la mañana… Por no hablar de “Mujeres y hombres y viceversa… y vaya tontería más inmensa”. Donde las barbas milimétricamente afeitadas y niñas “super megaguay”, quedan para ligar, perdón, para conocerse y posteriormente, para ridiculizarse o ensombrecerse.

Es cierto que los gustos son muy personales, pero de ahí, a dejarse llevar por soberanas tonterías y cosas que no tienen la mayor importancia o relevancia. Quién descarta que mi madre se apunte al programa de Cuatro, “Quien quiere casarse con mi hijo”, me ponga al lado de ella y delante de una cámara, empiece a decir, quién soy y cómo soy.
Y ella diga, no, yo lo que quiero es que mi hijo se case y me de un nieto. Quién sabe si se arreglará España y su crisis monetaria, laboral, social, etc.

Dejo de ver la caja tonta y me lanzo a los periódicos digitales. Posiblemente aquí no haya crisis y ver si por esta vertiente hay menos monerías. Repaso, veo ciento y una veces y en muchas de las webs, nombrar la prima de riesgo. Digo yo, pensé yo. Ya tenemos otro reality, pero esta vez leído y al parecer, la prima tiene que estar buena o ser guapísima, y por supuesto, el riesgo éste, un tipo famosísimo. Pero sorpresa la mía, cuando descubro que es una absoluta tiranía de nuestro propio Gobierno, la que ahora vamos a pagar.

España se hunde como el botón de mi mando. La televisión alimenta que da miedo. Los nuevos planes de estudios, nuevamente reformados, son de escándalo. El heredero de la dictadura, perdón, el Rey y su familia, gastándose todo nuestro dinero. Mi madre que le de un nieto, los indignados apaleados, cinco millones, por redondear, de parados, pero la costa Mediterránea hirviendo y camuflando la España dolida, sumergida e imposible de rescatar. El Papa que estar al venir y la de pasta que se va a desembolsar –la crisis deja de existir durante estos días- para que un Señor que no denuncia y castiga a curas, obispos, sacerdotes, etc., de abuso a menores, y para un país, que se debate entre lo aconfesional y confesional.

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