viernes, 26 de agosto de 2011

Hesher - Spencer Susser (2010)

Hesher, el nuevo heavy del cine? O Joseph Gordon-Levitt, un prometedor actor en plena floración? El primer largometraje de Spenser Susser, antes había utilizado su tiempo en realizar cortometrajes y cosas para tv. Es un curioso relato, colaborando el mismo en el guión, de corte independiente, pero de cabo a rabo. Una historia graciosa, dramática, correcta por momentos, siendo bien contada en otros, pero con lagunas durante su metraje, que la convierten en un producto de mitad de tabla. Pero sobre todo, “Hesher”, es y por lo que más puede uno recordarla, una película para lucirse como lo hacen Hesher (Joseph Gordon-Levitt) y T.J. (Devin Bronchu).

La película de Susser cuenta como T.J, un adolescente de 13 años y su padre, ambos destrozados por la trágica pérdida de madre/esposa, viven ahora con la abuela. Un día, de camino a la escuela, T.J se encuentra con Hesher, un veinteañero cerca de los treinta, que ha vivido muchos problemas (nos lo tenemos que creer). Hesher, entonces, asumirá  los papeles de mentor y torturador, haciendo que T.J se meta en problemas que nunca podría imaginar. Llevando al niño al límite de llegar a odiarlo, repudiarlo y maldecirlo. Pero “Hesher” se guarda una sorpresita. Nicole (Natalie Portman), habéis leído bien, es una joven dependienta de una tienda de ultramarinos que intenta llegar a fin de mes y un día, se convertirá en la heroína de T.J, al protegerle de un ataque.

Hesher y porque a él le sale de todo lo suyo. Se instala en casa de T.J. revolucionando la fantasmal casa de este y la familia que le queda. Y sorprendentemente, nadie dice nada, salvo preguntar quién es. Misteriosamente, no sabemos bien quien es este Hesher, de donde viene y por qué se comporta así. Susser no quiere, o no se ha molestado en darnos ese gusto, que más que gusto, es necesidad para poder saborear mejor la película y lo único que consigue, es que nazcan enanitos a su alrededor. Y no estamos ante ningún ejercicio de oneirismo donde tengamos que rompernos la cabeza. No, es posiblemente la inexperiencia que ha hecho que nos tengamos que conformar con un producto indie que bien tiene sus momentos irrisorios y surrealistas, como dramáticos, pero también sin fuste alguno.


Hesher” no desagrada, ni enamora (pero a mi me ha gustado). Sólo - e importante- te saca una buenas risas (la secuencia de la piscina, no tiene precio) y entretiene un rato de tu vida. “Hesher” tiene dos papelazos increíbles que bien he remarcado arriba. Y termina de la manera más surrealista e incomprensible posible, para hacerte echar las manos a la cabeza, que te rompas la caja torácica escuchando las últimas palabras de Levitt y sigas incrédulo al paseo final.

En “Hesher” tendremos segundos para disfrutar de una banda sonora muy rockera o  heavy, como prefiráis. Puesto que Metallica (sólo tenéis que fijaros en el cartel) y Motorhead son el eje central de la película.

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