martes, 9 de agosto de 2011

El Mumblecore - El cine sin apenas nada -

Con motivo del estreno de ""Puzzled Love" y su participación en el Festival de San Sebastián. Me ha venido a la cabeza, perfecto para enlazar un tema con el otro, el término Mumblecore. Nombre, por cierto, que me chifla.


Trailer Puzzled Love




Puzzled Love. Se trata de una pelí­cula, protagonizada por  Marcel Borrí s y Saras Gil, que narra una historia de amor desde su inicio hasta su final durante 13 meses. Hasta aquí­ todo normal. Lo curioso es que cada uno de los meses está contado por un director distinto, todos ellos alumnos de la ESCAC, que como muchas veces, sigue siendo pionera en apostar por su alumnos a través de Escándalo Films.

El trailer tiene buena pinta, me da buen rollo. Hay esperanzas en el cine Mumblecore español. Claro que si.


¿Qué es el Mumblecore?

Tienen veintitantos, en el mejor de los casos veintimuchos, o han superado ya la barrera de los treinta; han vivido una época de prosperidad económica en la que seguían dependiendo de sus padres, responsables de financiar estudios, casa, comida, ropa… Con pocas o ninguna posibilidad de firmar un contrato laboral, algunos amigos, mucho tiempo libre y ganas de mostrar al mundo retales de vida que podrían pertenecer a su propia intimidad, empezaron a escribir historias protagonizadas por dos o tres personajes, ambientadas casi siempre en el espacio doméstico. El paso siguiente iba a ser rodarlas, pero se necesitaba para ello la colaboración de los allegados: así, novios, amantes esporádicos, amigos o familiares se convirtieron en improvisados actores a quienes se les proporcionaba alguna línea de diálogo con la esperanza de que se guiaran fundamentalmente por lo que sentían en cada momento.

La figura del hombre-orquesta, al mismo tiempo escritor, operador de cámara, director de actores y editor de sus imágenes, se iba imponiendo en algunos puntos de la geografía norteamericana como Chicago, Boston, Portland, Brooklyn… Pero fue en el festival South by Southwest, en Austin, donde por primera vez se acuñó un término que englobaría en adelante todas las propuestas nacidas bajo este signo. La culpa la tuvo un técnico de sonido que utilizó la palabra Mumblecore para hablar de la película independiente en la que acababa de participar; su trabajo no debía ser lo más destacable de la propuesta, entre diálogos prácticamente inaudibles y palabras pronunciadas entre dientes, pero las emociones afloraban de los personajes de una forma natural.


Desde entonces, Mumblecore se utiliza para definir el trabajo de toda una generación de cineastas norteamericanos que han hecho de la independencia más militante su bandera, capaces de rodar con presupuestos inverosímiles para la industria y de conseguir transmitir con sus obras una emoción que brilla por su ausencia en la mayoría de productos hollywoodienses. Son jóvenes realizadores que no muestran ningún tipo de alineación política; lo único que les interesa es llenar sus imágenes de silencios y de sus propias dudas sobre el mundo que les rodea. Sus películas son lienzos en blanco sobre los que consiguen plasmar con inteligencia su preocupación por una incomunicación creciente, la sensación de aislamiento que ésta conlleva en un mundo cada vez más ‘comunicado’ (en esto las nuevas tecnologías tienen mucho que ver), y también la dificultad de las relaciones y, cómo no, el sexo.

La primera película mumblecore fue por consenso la obra de Andrew BujalskiFunny Ha Ha” (2002), a la que siguieron los trabajos de otros realizadores como Joe Swanberg y Aaron Katz. Ellos son los máximos exponentes de un movimiento que nunca tuvo intención de serlo, pero que se caracteriza por reflexionar sobre la juventud y su condición existencial. Hace dos años, allá por el 2009, Swanberg estrenaba “Alexander The Last” en Austin, el mismo festival en el que por primera vez se oyó pronunciar el término que englobaría sus propuestas.


En nuestro país sólo hemos tenido ocasión de ver la versión mainstream del género: “Buscando un beso a medianoche”, la cinta dirigida por Alex Holdridge fue estrenada con gran éxito hace ya tres años en España. Ambientada en la ciudad de Los Angeles, narra con indiscutible encanto los infortunios de un joven que se siente fracasado y solo en la víspera de año nuevo. La cámara sigue los pasos del protagonista durante veinticuatro horas en las que vivirá una apasionada (y fugaz) historia de amor. La cinta retrata con una exquisita fotografía en blanco y negro los rincones menos turísticos de la ciudad, centrada como está en reflejar la intimidad de sus personajes.


El crack que vive la economía mundial puede acabar con este cine fresco, ávido de aportar nuevas ideas, al que no le importa mostrar su falta de confianza en sí mismo. El Mumblecore ha hecho correr ríos de tinta en las principales publicaciones norteamericanas, muchas de las cuales señalan las nuevas formas de distribución como únicas vías de supervivencia para este tipo de producciones.

Fuente (en su mayoría): Cahiers du cinema.

2 comentarios:

Bea dijo...

ey! Buscando un Beso a Media Noche no es lo único que se ha podido ver por aquí de mumblecore!

Baghead, Dance Party USA, Quiet City, Hannah Takes the Stairs, Goliath, Luke and Brie are on a First Date y prózimamente The Pleasure of Being Robbed, Sorry, Thanks, Bass Ackwards y Audrey The Trainwreck, las ha traído CineBinario este año.

No en el cine, eso sí, pero en todos los formatos domésticos: VOD, TV y DVD!

kuro... dijo...

Gracias Bea. Se entiende que hacía referencia a películas estrenadas en cine.

Por supuesto, que en otros formatos si que se ha podido y podemos disfrutar de más cine mumblecore.

Muchas gracias por escribir.

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