miércoles, 16 de febrero de 2011

Two Lovers - James Gray (2008)

En Brooklyn, Leonard (Joaquin Phoenix), un joven con problemas emocionales, prosigue su vida tras su última recaída. Mientras trata de recuperarse bajo la atenta mirada de sus preocupados padres, dos mujeres entran de repente en su vida. Por un lado la encantadora y sencilla Sandra (Vinessa Shaw), hija del nuevo socio de su padre, y por otro Michelle (Gwyneth Paltrow), una bella y sensual vecina con un halo de misterio que parece no encajar en el aburrido barrio donde vive Leonard. El amor de Leonard se debatirá entre la complicada y emotiva Michelle y Sandra, la chica perfecta a ojos de su familia. Pero que bonito es el amor y que duro es vivirlo, aguantarlo, llevarlo hasta extremos infinitos. A lugares donde todo sobra, donde solo importa la persona a la que quieres, deseas, anhelas y amas. Phoneix, actorazo donde los haya, encuentra ese amor(es). Baja a las a profundidades del oceáno, pero allí no hay nada más que silencio (cosa necesaria) y decide (o deciden) que su vida no está allí.

Two Lovers o moverse dando tumbos de un corazón a otro, viajar de un sentimiento sano a otro desgarrado no es bueno para la mente, ni para el corazón. Brooklyn y sus calles son el escenario elegido para una gran historia de amor (antes de que la terminara de ver). Luces, trafico, jazz, la noche, todo lo que se esconde tras esta, una habitación, un pasillo, un móvil, fotos en b/n, la azotea de un edificio (lugar clave) y un patio de luces. Fantásticos elementos para forjar una relación. Recuerdos de la pubertad me vuelven cuando James Gray junta todo esto. Consigue transmitir, logra que veamos a sus tres protagonistas principales como unos niños cuando quedan por primera vez, cuando se tiene ese primer contacto con el sexo opuesto. Los infantiliza de manera asombrosa, genial. Los enamora de verdad para que enamoren ellos a su vez a los espectadores.

James Gray con una libre adaptación de “Noches Blancas” (1847) de Fiodor Mijailovich Dostoievski demuestra saber desenvolverse de manera magistral y haciendo de la corta novela de Dostoievski una obra totalmente personal. Grandes momentos que transcurren en esa azotea que mencionaba con anterioridad evocan terriblemente a los mejores renglones de “Noches Blancas”. Ese amor “imposible” que explota, que revienta desde dentro y hacia fuera llevándose por delante cualquier duda, vergüenza y exponiendo con lagrimas en los ojos, el dolor que se siente de querer y no ser correspondido.


El relato de Fiodor está estructurado en cuatro noches de largos diálogos, llevando al extremo la emoción del amor abnegado para, en un retruécano del destino, abocando a su protagonista a un trágico final. EL soñador dostoievskiano vive en dos dimensiones, que equivalen al “spleen” y al “ideal” poetizados por Charles Baudelaire; una existencia vulgar y prosaica, en la que el soñador ahoga su espíritu, y una vida imaginada y fantástica, donde se refugia de los combates de la realidad. Mediante su pasión por Nástienka, con quien pasa cuatro noches de ensueño paseando por las frías calles de San Petersburgo, consigue por unos instantes colocarse a la altura de sus fantasías románticas, hasta que el desengaño amoroso le devuelve a su trivial existencia.

Phoneix y Paltrow principalmente, se ganan el pan y el oro con dos actuaciones bárbaras, asombrosas, llenas de culpabilidad, dolor, amor, felicidad y desengaños. Paltrow y Phoneix en la azotea de un edificio de Brooklyn, se miran, a veces por encima del hombro, se sienten, pasan frío y se dejan encuadrar por Gray de manera sublime. Bailan en la disco a ritmo de Moby (melocotonazo) y nosotros, nos quedamos anodados a ritmo de trompetas y platillos. Joaquín y Gwyneth, pequeño enfermo mental y femme fatal respectivamente, hacen muy grande una historia que desgraciadamente, termina rápidamente y desafortunadamente (para mi).

Y me quedo también por supuesto con James Gray y esa clase de cómo dirigir con elegancia, de cómo debe de tratarse la cámara, sus movimientos, enfoques, encuadres. Una elegancia admirable para los amantes del cine. Un estilo marcado y predefinido que me ha gustado mucho. Pero este juego de tres personas para “dos amores” me ha dejado un sabor algo amargo, simplemente, por su final.

P.D: Dedicado a todas esas personas que alguna vez en su vida, tienen o han tenido la suerte de encontrar su verdadero amor. Por muy difícil que sea encontrarlo, conseguirlo y poseerlo. Si lo queréis, luchar por ello, que a los dos días cualquier cosa mala que esto haya provocado en la gente de tu alrededor, ha desaparecido por completo. El amor no tiene fronteras, por suerte. Esperaré el tiempo que haga falta.


2 comentarios:

conguita dijo...

La pelicula me parecio lenta, seria ese ritmo el que me hizo dormirme entremedias...eso o el sillon(relax) o la compañia...ni a comerme 2 conguitos me dio tiempo....

conguita dijo...

P.D.a veces el universo se alia para que dos personas se encuentren, en ese preciso momento, en ese instante, en que ninguno de los dos lo espera, ni lo desea.Pero ese momento es tan especial, tan maravilloso...que hace que todo cambie y te plantees que estaba escrito que todo sucediese asi.
El amor no tiene fronteras, pero le ponen barreras...
"Si tú te atreves por mi vida que te sigo
Si tu me olvidas te prometo que te olvido,
Al fin y al cabo más que a nadie nos amamos
Son pasiones ya tan fuertes que lo demas hay que olvidarlo....quien le pone puertas al campo???"

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