jueves, 13 de noviembre de 2008

Ya sólo habla de amor



En Ya sólo habla de amor, Ray Loriga ha dado un giro patente a su narrativa. Sigue a lo suyo, como no podía ser menos, con sus viejos guiños y gustos perfectamente reconocibles. Salvo que en lugar de trabajar sobre la superficie ahora lo hace desde dentro.

Aunque su certera utilización de las imágenes metafóricas nos conquisten, no son suficientes para sostener esta historia que nos suena demasiado. Su protagonista es un hombre que acaba de entrar en la cuarentena y al que lo único que le ilusiona es seguir amando, si bien su existencia se ha convertido en un pozo sin fondo y ya no le quedan ni fuerzas para el suicidio.

Sebastián, que es así como se llama, lleva a cabo un duro juicio contra sí mismo a través de un narrador en segunda persona que no duda en determinados momentos en dirigirse al lector: “Si tales historias no son del interés general, está por ver, pero quien así piense encontrará aquí un buen momento para dejar de leer” (p. 28). Con su lista de reproches, de detalles sobre sus pecados, llena estas páginas hasta convertir lo que en un principio era una rica lectura en una eterna vuelta sobre el peor de los agravios cometidos por su protagonista: el de “no ser capaz de amar lo suficiente”.

Como he dicho al principio, Loriga tiene una facilidad enorme para la metáfora -“Todo amor es sin lugar a dudas el asalto a un tesoro que no nos pertenece, y de lo que uno se lleva a escondidas, como un cazador furtivo, es mejor no dar cuentas a nadie” (p. 75)-, pero es algo que le pierde. Aquí exhibe esa cualidad hasta tal punto que finalmente, le hace perder perspectiva. Y es que el personaje termina resintiéndose de esta acumulación de descripciones, y lo que pretendía aportar riqueza, sólo consigue desdibujar.

De esta forma, Ya solo habla de amor presenta una estructura frágil a la que el recargamiento de descripciones que pretenden en todo momento deslumbrar, le acaba pesando. Loriga no sabe dar en el momento necesario el giro, el cambio que haga levantar el vuelo a la narración; ese momento en que, como en el amor que busca Sebastián, suenen los violines. Aunque sea para interpretar una triste melodía.


Ya sólo habla de amor.
Autor: Ray Loriga.
Editorial: Alfaguara.

Colección: Hispánica Páginas: 184
Fecha de publicación: 08/10/2008
Género: Novela Precio: 18.00 €
ISBN: 978-84-204-7438-0


La crítica dice:

«Ray Loriga es un escritor de culto emergente que destila genio en cada página.» Scotland on Sunday

«Loriga se ha unido al selecto grupo de escritores —como Houellebecq y Murakami— que están redefiniendo la ficción del siglo XXI.» WAYNE BURROWS, The Big Issue

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