jueves, 17 de diciembre de 2009

Pontypool - Bruce McDonald (2008)

Me es imposible no comenzar de otra manera, pero Pontypool y su propuesta tan diferente a cualquier otra idea, me lo ponen en bandeja. Pontypool es una pe-pe-pe-pe-lícu-lícu-lícu-lícu-la. Sor-sor-sor-sor-sor-sor-sor-pren-pren-pren-pren-pren-dente. Ya-ya-ya-ya-ya-ya-ya-habí-habí-habí-habí-había leído varias cosas sobre Ponty… pool Ponty… pool Ponty… pool Ponty… pool Ponty… pool Ponty… pool (si lo decís con voz grave, quedará mucho mejor), pero no había querido ver ningún trailer ni nada, para sa-sa-sa-sa-sa-sa-sa-saber lo menos po-po-po-po-po-posible. Debido a que se decí-decí-decí-decí-decía que era una gran sorpresa.

Totalmente de acuerdo, es una sorpresa y gorda este film. Pontypool es increíble por su visión y puesta en escena, sobre el mundo de los infectados. Dándole una revuelta de tuerca, con tirabuzón y triple salto mortal, a todo lo que habíamos visto hasta ahora dentro del género especificado. A Pontypool se la podría catalogar perfectamente, de absurda y surrealista. Dos palabras que creo, son la mejor definición para este juego de palabras, sorprendente, que resulta se muy eficiente por momentos y otros, no tanto.


El comienzo de Pontypool es soberbio y misterioso. Esa línea de frecuencia que crece y crece, mientras se nos explica la extraña procedencia de Ponty y Pool, es un momento digno de aplaudir (por lo menos, a mi me lo parece). Posteriormente y una vez hecha la introducción. Nos trasladamos a la pequeña radio local de Pontypool, (Ontario-Canadá) qué allí, es donde trabajan nuestros tres protagonistas y los conductores de una serie de hechos, inexplicables. Grant Mazzy (Stephen McHattie), viejo rockero de las radios más undergrounds, presenta su programa matinal, “Las mañanas de mazzy” y al otro lado del cristal, su productora Sydney Briar (Lisa Houle) y la que maneja todos los controles Lauren-Ann Drummond (Georgina Reilly).

Una vez presentados radiofónicamente los compañeros de Grant Mazzy. Grant continuará con sus historias reivindicativas, a la vez, que relata la actualidad para todo posible oyente. Pero también habrá un locutor de calle (buenísimas sus apariciones), Ken Loney (Rick Roberts) el que les informará de cualquier cosa que pueda pasar fuera del pequeño estudio radiofónico y del que sólo escucharemos su voz.

Muy pronto y en una conexión con Ken, seremos testigos de unos acontecimientos extraños y al parecer, peligrosos. Algo está ocurriendo fuera de esas cuatro paredes que empieza a inquietar a Mazzy y sus compañeras, pero ellos, desde su butaca intentarán a través de esas conexiones con el exterior, mantener a toda la gente informada de cualquier noticia relevante.

Nosotros los espectadores, somos testigos directos y en absoluta primicia, de unos sucesos que cambiarán el devenir del pueblo, y del mundo. Me chifló ir leyendo lo que redactaba Ken. No os podéis imaginar de lo que es capaz la mente, una pasada.

Pontypool tiene estos cuarenta y cinco primeros minutos de introducción, presentaciones, conexiones y confesiones de lo que sucede fuera. Realmente inquietantes, mágicos y cargados de tensión. Me parece sublime y muy eficaz, que sin ver nada de nada, únicamente a través de las palabras de Ken y la magistral voz e interpretación de McHattie, podamos estar en tensión mientras leemos línea tras línea, lo que se sucede. Tengo que felicitar a su director, Bruce McDonald y al escritor, Tony Burguess (autor de la novela Pontypool Changes Everything, y en la que se basa el film) porque lo clavan. La puesta en escena es extraordinaria y sobre la que recae el peso de la película.

En el minuto cuarenta y seis y hasta su final. Empezaremos a ver todo eso que antes no habíamos visto y de lo que tanto habíamos disfrutado. Lauren-Ann empezará a comportarse de manera extraña, aparecerá el Doctor explicalotodo y seguidamente, los primeros infectados.

Ya no es que se me hiciera raro (que se hace), pero ese salto tan grande, sólo por explicar tan directa y rápidamente, el significado verdadero de lo que está sucediendo, tira para abajo todo lo anterior.

La película me gustó, sobre todo esa primera parte, qué es una gozada absoluta, y cosas del tramos final, que son también para enmarcar. Pero tengo que decir y no me asusta, lo absurdo y ridículo que puede llegar a parecer todo. Me refiero con “no me asusta”, al hecho de haber visto mucho cine más absurdo y friki que este, pero su final tan ale vamos que no llegamos a contarlo todo, jode la película.

Ver para creer.

Trailer

3 comentarios:

Sombra dijo...

Pues parece muy interesante esa propuesta... no sabía de esta peli, le seguiré la pista.

sekhet dijo...

La primera mitad me pareció interesantisima. de mitad al final baja el listón. Un pena porque hubiera sido una pelicula redonda.

kuro... dijo...

Hola Sombra. Merece la pena ser vista, luego, que cada uno saque su propia opinión.

Saludos y gracias.


Hola sekhet, bienvenido a kuro&kitaku. Pienso exactamente lo mismo que tú. 45 minutos tremendos, que luego se echan a perder conforme pasan los minutos.

Saludos y gracias

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