La misma canción, las mismas vueltas, la misma posición. Lo mismo todo. Ahora sí llegó el momento de su ejecución. Ya no hay ganas de escribir, ni de escuchar y menos aún, de sentir.
Dejémoslo, dejésmolo, dejémoslo....
Dejémoslo, dejésmolo, dejémoslo....
Las mismas vueltas, la misma canción, la misma posición. Dejésmolo, ya que en el fondo, en la oscura y absoluta soledad del todo, ya no hay ni ganas de escribir, ni de escuchar y menos aún, de sentir.
Dejésmolo, dejésmolo... y soñemos.
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