jueves, 15 de diciembre de 2011

Si no puedes dormir.



Si no puedes dormir, ni con sábanas limpias, qué puede ocurrir? Si te levantas a las seis, acostándote a las 0:06, qué puede ocurrir? Si son las 8 y te marchas a trabajar arrastrando el sueño de un bebé, qué puede ocurrir? Y si paras para comer? Y si te duchas? Y si te marchas…

Aún te queda un examen para poder concluir pero qué puede ocurrir? ¿Y Si tu cerebro se alimenta de tu sueño para poder discurrir? ¿Y si a esto y mientras escribes esto, ves que sigues sin poder dormir, pero con mucho sueño(s) que compartir, qué podría ocurrir? ¿Podría preocuparme con el paso de los días de lo que pudiera ocurrir? Si una vez viera que menos dormir y compartir mis sueños junto a ti, se convirtiera todo en una auténtica es insufrible aventura del devenir, sería entonces cuando comenzaría a pensar que podría ocurrir.

¿Y si dormir no pudiera? ¿Y si compartir mis sueños fueran una alegoría y esta vida, la mía, soñarla fuera una zalamería?

Te olería, te comería, te rozaría, te besaría, y te haría mía, pero mi(s) sueño(s) me impiden esa fantasía.

¿Y si fuera qué sueño contigo y entonces todo recobraría su sentido? ¿Y si no duermo porque tú eres mi sueño? ¿Qué ocurriría? ¿Qué sucedería si no despierto de ti y sigo sin dormir en mí?

Más afable y bello que una vida con sueño, es imaginar que sueño contigo y sin pensar nunca más en ello –en mí sueño de sueño y no el sueño de soñar contigo-.

Soñar despierto, soñar contigo. Todo es un sueño y estar despierto me lleva a ello.

La noche esconde sueño, la noche trae sueños, la noche…

Buenas noches.

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