viernes, 25 de marzo de 2011

“Lo que Dios quiera”

"Inshallah"
Oriana Fallaci
1990

Si la lluvia me trajo recuerdos de masetti, la noche y sus lecturas me llevaron hasta la periodista italiana Oriana Fallaci y un libro suyo que me impresiono en su día y que hoy me hace recapacitar sobre conflictos actuales y la voluntad de establecer regímenes democráticos occidentales en países que no tienen esa tradición ni un sustrato humano y cultural que lo haga posible.

Fallaci cita a San Agustín cuando dice:

"No se puede imponer el bien por la fuerza, porque el bien impuesto será transitorio, mientras que el mal causado permanecerá".

Nos cuenta en esta tremenda historia la realidad del Beirut de la guerra, del Beirut de los fanatismos religiosos y del Beirut de los odios políticos.
A lo largo de sus casi 700 páginas encontraremos claves importantes para comprender el mundo islámico y su radicalización.

En 1982 y 1983 se han producido la primera invasión del Líbano por Israel y las matanzas de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila. Tropas internacionales toman a su cargo la protección de los refugiados y la interposición entre las distintas comunidades. Fallaci convive con el contingente italiano y cree ver en ellos el perfil de los héroes griegos de la guerra de Troya.
Al final todos son víctimas de la guerra: cristianos e islámicos, palestinos y libaneses, hombres y mujeres, soldados italianos y religiosas francesas; todos contra todos en las que la mayoría de las víctimas son civiles y el campo de batalla es la ciudad, por lo que el resultado es un hermoso alegato pacifista.

Ínshallah no es una historia sino muchas,en total más de 60 personajes, que se enlazan en una trama prácticamente perfecta donde casi no quedan cabos sueltos… y donde se puede ver la cruda realidad: el dolor, la guerra, la desesperanza… y también la esperanza, también la felicidad y el amor.

Cuando Ángelo (si alguien puede llamarse protagonista es este personaje) se pregunta cuál es la fórmula que permite la Vida en medio del caos, no encuentra otra respuesta que la expresión árabe “ínshallah”: si Dios quiere, lo que Dios quiera.

El resultado es una obra extensa, muy humana, que se lee muy bien, aunque algo falta de unidad por la amplitud de su objetivo.


Oriana Fallaci es,sin duda, una de las entrevistadoras más osadas de todos los tiempos. Nacida el 29 de junio de 1929 en Florencia, Italia, esta escritora y periodista fue la mayor de tres hermanas que también se dedicaron al mundo de las letras. Ya desde adolescente, Oriana mostró su valentía y compromiso político al unirse, durante la Segunda Guerra Mundial, al movimiento clandestino de la resistencia “Justicia y Libertad”. A raíz de ese activismo, el Ejército Italiano le otorgó un reconocimiento de honor.

Durante su época de estudiante, Fallaci intentó formarse en Medicina en la Universidad de Florencia, pero esa carrera la abandonó para dedicarse al periodismo.

Los años gloriosos de la periodista fueron los 70 y 80, cuando consiguió entrevistar a todos los grandes políticos de la época. La florentina -hizo de su bella ciudad natal parte de su cruzada contra la cultura árabe- consiguió lo que pocas mujeres a finales de los años 50 en la prensa italiana: ser enviada internacional.
Desde 1967, trabajó como corresponsal de guerra, en Vietnam, Pakistán, Oriente Próximo y Latinoamérica.
Entrevistó a Indira Gandhi, Willy Brandt, Lech Walesa, Moammar Qaddafi, Golda Meir, Ariel Sharon, Haile Selassie, el Shah de Irán, Deng Xiaoping, y H. Rap Brown, entre muchos otros. Consiguió que el presidente paquistaní Zulfikar Ali Bhutto criticara tanto a Gandhi en 1972 que un tratado de paz entre Pakistán e India estuvo a punto de romperse por esas declaraciones.
Entonces, reconocía una subjetividad y conexión personal con sus entrevistados que escandalizaban a la prensa anglosajona, que la definía, por cierto, como izquierdista.

Retirada a principios de los años noventa a causa de una grave enfermedad, decidió volver a escribir tras el 11 de Septiembre de 2001, del que fue testigo como ciudadana neoyorkina.

Desde que rompió su silencio con “La rabia y el orgullo”, dedico sus obras «a defender la civilización occidental, no frente a la musulmana, sino frente al fundamentalismo islámico». En opinión de la escritora, existe un alarmante proceso de islamización de Occidente, al que denominaba Eurabia, proceso que, en su opinión, habría contado con la complicidad de la izquierda europea. Esas polémicas tesis le acarrearon no pocos problemas (incluidos procesos judiciales por «difamación contra el Islam») y campañas en su contra.

Durante los últimos años de su vida, Oriana Fallaci estuvo instalada en Nueva York, donde se dedicó a luchar contra un cáncer de mama al que, de forma literaria, lo denominaba “El otro” y que terminó por desencadenar, el 15 de septiembre de 2006, la muerte de esta gran escritora y periodista italiana. Qué distinta esa Fallaci, víctima de diversos cánceres, de aquella que fue irreverente con todo y todos y que cubrió la guerra separatista de Pakistán como lo que, fundamentalmente, fue: el fruto ensangrentado de la mala fe británica a la hora de dejar el continente. La Fallaci de sus últimos años le reprochaba a Europa poco menos que no resucitara de una vez a los templarios mata moros e ignoraba olímpicamente la asquerosa política de los Estados Unidos en el Medio Oriente.




...Extiendo [la dedicatoria de este libro] a cualquiera que de buena fe vegeta en la ceguera, en la sordera, en la ignorancia y en la indiferencia pero está dispuesto a despertarse para recobrar un poco de sentido común. Un poco de razón. Con la razón, un poco de coraje. Con el coraje, un poco de dignidad.
Oriana Fallaci , Del prólogo de "La Fuerza de la Razón"

1 comentario:

gnomogore dijo...

Interesantísimo documento sobre esta periodista Italiana, luchadora y enrabietada con la sociedad Occidental. Eurabia, es ese el termino que lo define todo, es esala cuestión de los problemas Occidentales.

Voy a buscar esos dos trabajos que mencionas, porque me interesan mucho, aunque el libro que hace referencia a la entrada, tenga el volumen que tiene. El tema Israel-Palestina me interesa mucho.

Menuda sesión más buena e interesante de periodistas, "sacrificados" por intentar cambiar el mundo hacia un camino mejor.

Enhorabuena.

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