miércoles, 9 de marzo de 2011

Black Swan (Cisne Negro) - Darren Aronofsky (2010)


Aronofsky, el Señor Darren Aronofsky a finales de los noventa nos taladró el cerebro con una joya cinematográfica que pocos directores llegan a conseguir en su primer trabajo. Como se suele decir, su ópera prima.Pí, fe en el caos” dejó atónitos a propios y extraños, agobió y martirizó. Sucumbió y se ganó el cielo (si quiere ir allí). Pero no hubo bastante dolor, y en su segundo largometraje “Réquiem por un sueño” nos enseñó, nos llevo hasta el epicentro del verdadero mundo de la adicción a las drogas y sus consecuencias o efectos. Esa música para hacernos soñar o llorar, descansar en paz, continuar con nuestras vidas, pero en otro lugar, marcó un antes y un después (por lo menos en mi). Una de las películas más sobrecogedoras y maravillosas del Siglo X. Bueno, pues me quedé ahí. Y por lo visto, escuchado y leído, no ha vuelto a sonar esa música para difuntos nunca más. Ni “La fuente de la vida”, ni “El Luchador”, parecen estar ni a la mitad de los comienzos de este señor. Es más, esta última (El Luchador), he llegado a oír que es de esos telefilms que planta Antena3 en sesión de tarde. Terrible.


Mi salto ha quedado claro. Diez años justos para volver a ver una película del estadounidense, uno de los directores a seguir siempre con mucha cautela y atención, pero que con su “Cisne negro” no me ha contado, ni enseñado nada nuevo. Una pena y una decepción sacar únicamente provecho del cuento más famoso de una bailarina la propia dirección y la actuación de dicha bailarina. Natalie Portman, el cisne más blanco, brillante y pulido visto nunca, no quedará conforme hasta tener su opuesto como recompensa y todo con un duro y obsesivo trabajo sobre la tarima, pero...ya sabemos que Nina (Natalie Portman), es brillante como bailarina y forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, que vive completamente absorbida por la danza y su madre. Y la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las presiones del director Thomas Leroy (Vincent Cassel) se agudizan a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión mental que la incapacitan para distinguir entre realidad y ficción.


Pues ni esa confusión, que no es ni eso, hacen de “Cisne Negro” una película tan siquiera notable. Un producto más, un entretenimiento más. Una lastima. Y todo tiene su explicación. Yo, no veo a Darren suelto, libre de tensiones o ataduras y no ya por repetir nuevamente con otra historia negra (parece su musa como tema) puesto que se agradece siempre que tenga un resultado óptimo, sino, por no ver o palpar ese director con la  claridad suficiente para darle el toque personal que tan grande lo hizo. Reminiscencias al fantástico de los ochenta que se quedan a medio gas, escenas de sexo que no ha explotado como hizo en “Requiem por un sueño”. Cuanto mejor la masturbación sin resultado final que esa comida de papo nada impactante para ser sinceros. No ha sabido entre tanto dolor y sufrimiento, encontrar el camino correcto para contarnos algo impactante y verdaderamente emocionante. No me vale solamente una grandísima actuación, buenos movimientos de cámara y la estupenda fotografía. La historia no termina de conectar, de introducirse en tu interior y sentir por lo menos, la respiración cardiaca de Nina.

Cada vez me alarmo más por la respuesta de muchos espectadores ante ciertas cosas o películas (ambas cosas) como ha pasado en “Cisne Negro”. Espero que su próximo trabajo, “The Wolverine”,  con el que ya anda en pre-producción. Se parezca o sepa sacar de él, lo que hizo con sus dos óperas primas. Entonces si que habría que alarmarse de verdad.

P.D: Cisne Negro en IMDB tiene actualmente un 8.5 sobre 10. La misma puntuación que Requiem...Increíble.  Pero solo son datos.

1 comentario:

Víctor Sánchez Tudela dijo...

Magnífica por donde se mire...

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