El mundo siempre estará divido; en la política, en los gustos, en el deporte, etc., pero como no, también en el cine. No habrá película en la historia de la humanidad y del propio cine, que cuaje para todo el mundo que haya podido verla –la que sea-. No sé salvan desde años atrás clásicos de una importancia considerable, va a venir ahora a salvar la nave J.J. Abrams con su “Super 8” (pensarán muchos).
Y es que es muchísimo lo que se está hablando de esta super producción de Amblin. Su asombrosa recaudación primeramente para luego pasar a lo más importante de todo esto. Si la nueva aventura de Abrams sólo sirve para entretener, divertir, aburrir, enseñar u odiar. Que yo sepa, el cine –alguno- se hace para enseñar y otro para entretener o ambas cosas a la vez en la misma película. Porque hablaros del que ni entretiene, enseña o divierte, es una estupidez. Personalmente, “Super 8” y hablando de forma global, me ha gustado, me ha entretenido y le sobran unas cosas de las fuerzas armadas, que de verdad, echan para atrás. Pero viajar otra vez a los años ochenta –sentado en mi sillón del Ikea- y compartir esta aventura con los niños protagonistas, incluso, querer meterte dentro de ella para ayudarles con su (de los chicos que son cineastas) historia de amor zombie, me ha sentado la mar de bien.
Había leído que "Super 8" reunía o cogía un poco de cada uno de los géneros que en su día tan bien funcionaron en los ochenta como puede ser la fantasía, acción, aventuras, ciencia ficción, etc. La película de Abrams estaría entre unos “Goonies”, “E.T” o “Encuentros enla tercera fase”, por nombrar algunas. Como veis, una mezcla que hace suave y tiernamente, abrir los corazones y mente de muchos espectadores más adultos ahora en la actualidad. De unos treinta añeros y para arriba, que babeaban con naves espaciales, monstruitos, aventuras locas e imaginables y sin que los padres supieran nada, etc. Una “Super 8” que tras su triste prólogo, se pone a cien y sin frenos hasta el final.
"Super 8"se sitúa nada más empezar en el año 1979, en un pequeño pueblo de Ohio. Donde Joe Lamb, es un muchacho que ha perdido a su madre en un accidente y que vive con su padre policía (Kyle Chandler). Comenzado el verano, y mientras rueda una película de zombis – ya no pueden faltar - en Super 8 con sus amigos. Joe observa cómo una camioneta se estrella contra un tren de mercancías, provocando su descarrilamiento y un terrible accidente. A partir de ese momento cosas extrañas e inexplicables comienzan a suceder en el pueblo... y como siempre, ajenas a estos pequeños colegas, hasta que les llega la hora.
J.J. Abrams parece disfrutar al máximo detrás de la cámara, tanto como los pequeños protagonistas dirigiendo su historia de amor y muertos vivientes, incluso, más que actuando para la propia “Super 8” de uno de los productores más influyentes de los últimos años con algunas de las series más aclamadas por el público. Pero como decía más arriba, parece subirle la fiebre, y cebarse de manera considerable con momentos sacados de cualquier batalla loca donde sólo hay tiros y bombas a diestro y siniestro, y mostrándonos un monstruo de pies a cabeza, que para mí, sobra descaradamente. Le quita totalmente el clímax que existía hasta ese momento y por descontado, el mundo que el espectador se había creado en su mente desde su butaca.
Pero no voy a reprocharle mucho más, cuando toda esta compota varios días después sigue dándome vueltas en el coco. Que hubiera preferido esto por lo otro, claro. Pero no soy el director. Pero si que me hubiera gustado y mucha envidia que pasé y por eso, lo mejor del film. Poder participar con los chicos en su película en super 8. Los maquillajes, las maquetas, la pirotecnia, el super descarrilamiento del tren –hacía tiempo que no veía una cosa así-, el material que van consiguiendo poco a poco, sus proyecciones caseras, etc.
Sobre estos chicos y principalmente, porque son lo mejor desarrollados. Darles un notable a JoelCourtney (el hijo del policía), a Riley Griffiths (el gordito director) y la increíble –me quedé a cuadros-, Elle Fanning (la chica del grupo y actriz de la película de Riley). Pero el resto de reparto, se queda en una balsa estancada. Convirtiéndose en un punto en contra, cuando también se podría o debería de haber desarrollado mejor cada personaje.
Y Michael Giacchino y su banda sonora. La composición perfecta para viajar a esos años ochenta. Placentera, emotiva, fantástica. Notas en tu mente y sientes en tu cuerpo, un gran estimulo musical.
“Super 8”, que me estoy pensado verla otra vez, entretiene y divierte por momentos. Cosa que miles no consiguen, ya sea verano, otoño o la época que toque.
4 comentarios:
Yo le veo también un parecido con la peli de Robe Reiner, Cuenta conmigo, aunque no tenga nada de cine fantástico en el hecho de los niños que se van haciendo adultos. Estaría bien saber qué piensan de ella los adolescentes que jamás vieran los Goonies, ET y compañía. Por conocer cuánto a hecho en nosotros el "efecto nostalgia". La niña se come la cámara y buena elección de los adultos, conocidos, pero no estrellas. Saludos cinéfagos.
Hola Jaime. Sería muy bueno saber la respeusta a tu pregunta. Mientras escribía sobre ella pensaba a su vez. Me hice mucho esa misma pregunta.
No conozco la película de Robe Reiner.
Saludos y muchas gracias por escribir.
A mi super8 me parece un quiero y no puedo. Un intento de aproximarse al espíritu de películas ochenteras del estilo ET o los Goonies, pero se queda en eso, en un intento.
La historia está manida hasta más no poder y los personajes de los niños son arquetípicos hasta la nausea: el gordo listillo, el pequeñajo cabroncete, el prota que acaba de sufrir una desgracia y la chica guapa.
Entretenida es, pero desde luego, cualquier comparación con las ya mencionadas ET, los Goonies o Cuenta Conmigo, por ejemplo, es un auténtico insulto.
Una pelicula como las de los 80, la verdad es que me parecio fantastico el trabajo del guion, y el papel de los niños.
A mi me gusto mucho, hace sentir el cine desde dentro y la ilusion por el mismo, mezclado con la ciencia ficcion.
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