lunes, 1 de febrero de 2010

La cinta blanca - Michael Haneke (2009)


Ver una película de Michael Haneke significa prepararte para una guerra mental, propiamente dicho. No sabes si vas a encontrarte con una poderosa violencia explicita, con una violencia para nada categórica, es lo que suele pasar con el cine de este señor, o si vas a encontrarte con un final de una trama totalmente abierto a muchas conclusiones, que es con lo que suele disfrutar mucho también este señor de barba y pelo blanco. Sin hablar, de su gusto por dirigir y mostrarnos sus historias de una forma bastante sosegada.

En esta ocasión, con La cinta blanca vuelve a suceder lo mismo. Dos horas y veinte tres minutos de una excelente producción, una soberbia dirección, unas interpretaciones extraordinarias, una abrumadora fotografía y en general, un nivel artístico supremo. Pero si os habéis dado cuenta, no he dicho nada sobre su guión, cuando se entiende que un guión en la película lo es todo, ¿cierto? Por alguna extraña razón, el guión no está a la altura del resto de apartados (es lo que pienso), y por eso hacen de La cinta blanca una buena película, pero que no pasa de esa barrera. Hablo de mi experiencia propia y os puedo decir, que disfruté muchísimo viéndola por todo lo que anteriormente he comentado, pero me dejó un sabor extraño a su finalización. No entiendo, tenga más o menos premios, como tantísima gente especializada puede otorgarle la etiqueta de obra maestra, cuando para eso, hubiera hecho falta otra cosa más, y curiosamente, la más importante.

La cinta Blanca cuenta los inexplicables acontecimientos que perturbaron la tranquila vida de un pueblo protestante en el norte de Alemania en 1913, justo antes de la Primera Guerra Mundial. Por estos sucesos, seremos testigos de la tortura y secuestros de dos niños. Se nos iluminarán los ojos con el incendio de un granero y observaremos, investigaremos y descubriremos como si fuéramos la propia sombra del profesor del pueblo, la inconcebible verdad sobre todo lo que está sucediendo.

Haneke vuelve nuevamente a mostrarnos su mejor arma, no hay ninguna duda, volvemos a caer en la misma trampa de siempre (nos lo hemos buscado) que no es otra que, paciencia (sufrimiento esta vez no) y auto conclusión. Por lo visto, el director austriaco se divierte, es más, es su actual forma de contarnos unos hechos a medio gas, pero que nunca llegan a explotar. Me pregunto si se puede sacar en claro algún vínculo que deje bien obvio lo que después de los años pasaría a convertirse en esa dichosa palabra llamada nazismo, la proclamación de la Segunda Guerra Mundial y todo lo que eso conllevó No sé, pero eso está por verlo. Porque perfectamente, podría ser a otro, u otros muchos grupos de violencia extrema donde poder desembocar y no expresamente tiene por qué ser en los nazis. Es evidente que la educación inculcada a estos chicos, es precisamente, la punta de un gran iceberg que más tarde rompería con todo lo que se cruzara. Pero pienso, que hoy en día se está haciendo lo mismo en muchos hogares del mundo, y sólo hay que enchufar la tv un rato y verlo. Lo preocupante de verdad, es que este radicalismo va a más y pronto nos encontraremos con mundo metido de lleno en un caos total.



La cinta blanca tiene grandes semejanzas con el cine clásico y no porque sea en blanco y negro (que es una gran baza claro) precisamente, sino por momentos que evocan a ese cine trasgresor, diferente y rompedor por aquellos tiempos. Es evidente que Haneke bebe de muchos directores y ahora, luce esa maestría adquirida transmitiéndola con su toque y enfoque personal.


Pero yo destacaría por encima de todo, la absoluta e innegable maestría detrás de la cámara con momentos verdaderamente asombrosos, impactantes y terroríficos que Michael Haneke consigue en esta película. Varios ejemplos bien claros, podría ser la del niño bajando por las escaleras de su casa, aturdido por algún sueño o pesadilla que no le deja conciliar el sueño, llamando a su hermana y dando vueltas por unos pasillos prácticamente oscuros en su totalidad, sin encontrar alivio alguno. Son minutos mágicos, llenos de un lenguaje cinematográfico magnánimo, cargados de terror y de elocuentes muestras del “respeto” de los padres por los hijos, posteriormente. Y ya puestos, las imágenes del niño con síndrome de down y su pobre rostro después de haber sido brutalmente agredido, una gozada total acompañada de sufrimiento y autoridad despótica por parte del realizador. O en sus primeros lances de la trama, cuando la mujer de uno de los habitantes del pueblo esta siendo lavada para su posterior entierro, y nosotros, desde la puerta de la habitación con ese pequeño ángulo que el director nos facilita, somos testigos en primera persona del terrible dolor del marido que acaba de quedar viudo. Imagen inamovible como si del mejor cine independiente se tratara, genial.


Más arriba hablaba de la excelente fotografía. Y es que el director de fotografía de esta película, Christian Berger, consigue desde el primer fotograma, mostrar la impasible y austera vida de sus protagonistas, como la de todo el film en general y de una manera incondicional.


Y para terminar y no aburriros más, ese pedazo de casting que se tuvieron que tragar los encargados de ello y el propio director. Terminando por seleccionar y preparar un elenco de actores, pero sobre todo actrices, que sin duda es de lo merjocito y más importante de la película.


La cinta blanca es una buena película, pero nada más. Todo su poderío reside en la parte técnica, artística y actoral, dejando de lado y es mi humilde opinión, su guión. Una historia que ni con esa voz en “off” bien patente desde el principio, y que perfectamente podría haberle dado a su narrativa un toque doblemente especial, no consigue su propósito. Haneke es un grandísimo director, pero debe de estar más fino a la hora de escribir.


3 comentarios:

Sombra dijo...

No sé que pensar de tu reseña... por un lado apetece verla y por otro haces pensar que podríamos aboviar los diálogos porque no son necesarios. Quizás un día pueda verla (lo dudo), la verdad es que me gustaría sacar mi propia conclusión.

davidgore dijo...

El día que puedas sentarte delante del televisor 143 minutos, entonces, estará preparado para ver una muy buena película técnicamente y artísticamente.

Saludos amigo y a cuidarse.

Korvec dijo...

Ya he estado a punto de verla en un par de ocasiones, pero al final, siempre he terminado viendo otra cosa. Creo que de este director, sólo he visto una única película en pantalla grande.

Saludotes

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