Desayuno con diamantes - Blake Edwards (1961)

Y siguiendo con nuestro repaso a los clásicos, hoy le toca el turno a una de las películas que marcarón un antes y un después en la historia del cine.

Desayuno con diamantes como todos o algunos sabemos, narra la hitoria de Holly Golightly (Audrey Herphun) , es una bella joven de la alta sociedad neoyorquina que bajo su vida alegre esconde una gran tristeza. Holly tiene un comportamiento algo alocado, y alguna manía, como por ejemplo desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak (George Peppard), un escritor en ciernes que mientras espera alcanzar un éxito que nunca llega vive de la relación con una mujer madura que le mantiene. Holly y Paul enseguida entablarán una bonita amistad.


Esa primera secuencia con el amanecer en la calles de Nueva York y Audrey Herphun como protagonista, es algo majestuoso. El color del sol despertando la ciudad de los rascacielos e intentando penetrar en la dulce y loca mirada de Lullaby, es probablemente la mejor secuencia de toda la película, pero sin dejarnos atrás, otros momentos mágicos, que aparte de su pareja que se comen la pantalla, deberíamos de dársela a su director. Blake Edwards. Director que poco más se puede decir de el. Blake, ha aportado al Séptimo arte, películas como “El guateque”, “La pantera rosa”, “10, la mujer perfecta”, “Días de vino y rosas”, etc… un cine cargado de mucho humor, momentos disparatados, actores deslumbrantes, quien no recuerda aparte de Audrey, al grandísimo Peter Sellers y en general, un cine muy personal.


Desayuno con diamantes sin ser, por lo menos a mi entender, un guión sólido donde todo el peso recae en los actores, como he dicho antes y, una película redonda. Si que es obligado ver éste clasicazo, para analizarla y desmenuzarla, como si te tratara de un cuerpo en su primera fase de una autopsia. Pero ahora no vengo a descubrir nada nuevo.