Volviste a por mi y me atrapaste en una noche que se volvió toda loca.
Diversión, distorsión y confusión. Agua fría, realidad y el sol quemando (bajo unas gafas) mis cansados y gigantes ojos.
Conseguiste convencerme y sin saberlo, crucificarme.
Me crucificaste y me cambiaste como en antaño.
Me golpeaste duramente una y otra vez, y me acostumbré a ese dolor.
Dolor que durante tiempo durmió a mi lado. Dolor que ha vuelto a posarse junto a mi. Maligno dolor.
Luché sólo contra ti y te vencí. Una lucha abierta y sonora. Una batalla dura de afrontar, pero convencido de quererla ganar.
No imaginaba que mi fuerza por unas noches, días, meses, se debilitara. Nunca hubiera imaginado volver a ser empalado. Jamás, y como ahora, mi lucha en la absoluta soledad me ha hecho por salir aireado de tanto dolor que me has provocado. Yo no soy para ti, tu no eres para mi. A mi, no vuelvas. Yo, no te voy a recibir.
5 comentarios:
auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
no pares nunca de escribir!!!!
Muchas gracias por tu aullido y palabras. Muchas gracias de corazón.
Fuerte e intenso.
Me gusta ,creo que muchas estrofas de esto quedaron en mi alma.
Muchísimas gracias por tus palabras, Mauricio. Un placer.
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