martes, 16 de octubre de 2012

Lo imposible (2012)



Se hace posible y real con “Lo imposible” de Bayona algo que parecía casi imposible…  irrecuperable. Ni crisis, ni la subida del i.v.a ni nada.  Este barcelonés ha roto la barrera y sequía de asistencia y con 8.985.000 de euros, consigue ser el mejor estreno de la historia del cine en España. En su primer fin de semana ha conseguido levantar a esas personas perezosas y ahorrativas, o que prefieren verlo todo en casa, a gastarse los 7’20 euros que cuesta una entrada (en Murcia) actualmente y disfrutar del espectáculo del cine en pantalla grande. A disfrutar de la magia de una sala, recalco, que no de una película. Porque como en todo en esta vida, para gustos y sentimientos, colores y estados.


Sí “El Orfanato” me pareció horrenda, ésta, sin llegar a esos límites, me parece y ya puede ser fiel al testimonio de una persona que lo viviera: un despropósito alucinante en una búsqueda segundo tras segundo de la lágrima fácil de espectador, que ya de por sí, iba buscándola en todo momento. Pero oye, amigo, no se pueden forzar secuencias, cortarlas para mostrarnos (o intentarlo), más dolor si cabe, pero ¿de quién? me pregunto yo. Cuando todos los personajes son prácticamente superficiales, cuando no das tiempo a meternos dentro de unos de ellos y vivir realmente su dolor y desesperación, ¿qué quieres o esperas de un espectador entonces? Sí, a muchos los has hecho llorar y los clínex sacar. A otros, emocionar con lo que realmente está bien hecho en este trabajo y no es otra cosa que la espectacularidad con la que está rodada la llegada de la ola y su posterior desenlace. Porque otra cosa aquí, no la hay.


“Lo imposible” narra aquel triste y brutal desenlace de la naturaleza en las costas del sudeste asiático en 2004, donde arrasó e inmortalizó en la retina del mundo entero, algunas de las imágenes más impactantes de nuestra historia reciente, pasada y futura. Allí yacieron cientos de seres humanos, flora y fauna, quedándose todo reducido a la nada. Y ese pasado, con el único sonido del mar comiéndose la tierra, el ruido de los árboles quebrándose, las casas descuartizándose y la gente suspirando por sus últimos segundos de vida y dolor: es el que de verdad hizo que se me contrajeran las tripas y emocionara. Porque en “Lo imposible” de Bayona sucede eso, pero de forma superficial, sin llegar nunca a emocionar (que no tiene porqué hacerlo) o a calar con alguno de los personajes de la historia. Ni María (Naomi Watts), ni Henry (Ewan McGregor) y casi tampoco sus tres hijos, consiguen transmitir el verdadero dolor de lo allí acontecido. Por no hacer un punto y aparte con el doblaje de los pequeños… y es que una película hay que verla como hay que verla.


Culpa de que sólo me gustaran ciertos momentos del film y porque estos están, repito, muy bien rodados, la tiene su guionista Sergio G. Sánchez. Escrita sin garra, continuidad y delicadeza. Sin vista ni proeza. Una historia que se deja llevar por el impacto tanto del desastre natural como del emocional. Una película que para un servidor, es una metida como un puño, donde sólo se quiere hacer más grave lo imposible. Y sí, ha venido bien para animar a que la gente se lance al cine, aunque sólo sea por unos fines de semana.

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