Zombieland - Ruben Fleischer (2009)

Para los degustadores del género zombie, podemos este año estar más que contentos (pero siempre si elegimos bien). Pero ya no sólo este año creo yo, la cosa puede durar varios años y sin olvidar todo lo que hemos pasado ya.

Zombieland no está en la parte de muy dura o dura, alguna pequeña secuencia gore y, tampoco es un pedazo de historia como para rendirse a los pies del guionista. Pero, Zombieland tiene mucho metraje bueno, es decir, divierte y entretiene. Si dividimos la película en cuatro partes, sus tres primeras partes, podríamos decir que entran dentro del entretenimiento, risas, acción y sangre, ¿que más podemos pedir?. Su cuarta parte, sin contar esa masacre final (que me recuerda a un clásico del cine gore), está un poquito por debajo del nivel suministrado anteriormente.

Empezando con unos primeros minutos verdaderamente interesantes, novedosos y chispeantes, la cosa promete mucho. Zombieland narra la historia personal de Columbus (Jesse Eisenberg), un chico que apenas se ha sociabilizado con la gente de su ciudad, no le gusta, admite. Y por su cobardía a tratar con el mundo más allá de la puerta de su casa, le ha valido para salvar su piel en más de un ataque zombie. Columbus, en el intento de escapar de la ciudad, topará con Tallahassee (WoodY Harrelson), otro superviviente a la masacre zombie, que lo único que pasa por su cabeza, aparte de matar zombies, es conseguir el último Twinkie del planeta. Ambos se juntarán, unirán fuerzas, bueno, uno más que otro e intentarán emprender rumbo hacia el Este, donde se creen que no hay peligro ninguno. En su camino, se cruzarán con dos hermanas, Wichita (Emma Stone) y Little Rock (Abigail Breslin), otras dos supervivientes al Apocalipsis zombie, pero éstas, en dirección contraria. Las dos hermanas se dirigen hacia el Oeste, concretamente, a una feria en la ciudad de Hoolywood, llamada Playland. El encuentro pondrá un debate sobre la mesa: sucumbir ante la masacre o confiar los unos en los otros.

Como decía anteriormente, Zombieland es una propuesta y un punto de vista muy interesante ante toda la avalancha de cine de zombies a la que estamos siendo sometidos. Otros mientras tanto, nos llenan la mente de productos basura, pensándose que una película de zombies sea como sea, ya vale. Por eso, su director, Ruben Fleischer, se toma la película como puro divertimento y con unos resultados, sinceramente, muy buenos e inesperados, por mi y por millones de espectadores parece ser.

Zombieland ha conseguido arrancarme más de una carcajada con chistes muy buenos, secuencias visualmente perfectas y otras secuencias con Bill Murray, que son imposibles de olvidar, increíble. Pero también me ha llamado mucho la atención, que en una película de este tipo, llegue a profundizar tanto en las vidas personales de los protagonistas, consiguiendo hacer olvidarnos de los zombies por completo, durante un buen rato. Todo el mundo tiene su lado tierno, está claro.

Pensándolo bien, me atrevería incluso a recomendarsela a mis padres y hermanos, para que vean de lo que estamos hechos.

Alabado sea el cine de género zombie.