viernes, 20 de noviembre de 2009

Mi vecino Totoro - Hayao Miyazaki (1988)


Mi vecino Totoro es una de las películas más personales de Miyazaki. La más amada por los niños. Y —para muchos adultos, entre los que me cuento— una de sus obras cumbres.

SINOPSIS:

Japón, en zona rural. época indeterminada, presumiblemente mediados de siglo XX: no hay televisores en las casas, y hay varios rasgos de cultura "tradicional", en armonía con el tono, muy feliz pero levemente nostálgico, que evoca recuerdos de infancia.

La vida cotidiana de una familia que acaban de mudarse al campo. Arranca con la instalación en la nueva casa y prosigue con el descubrimiento del entorno y una visita a la madre (internada en un hospital)... Luego vendrá el descubrimiento de Totoro, la criatura que vive bajo el árbol gigante vecino, que traba amistad con las niñas, y que después prestará su ayuda ante el extravío de la hermana menor.



Es la tercera película de Miyazaki dentro de Ghibli. Idea, guión y dibujos propios. Comparadas con las anteriores ("Nausicaa" y "Laputa"), se destacan los contrastes de ambientación y temática. Apuesta arriesgada la de una película al mismo tiempo infantil, detallista y contemplativa, sin la trama de acción de las anteriores (y de la mayoría del anime). En este sentido, está más cerca del clima -y de la audacia- de las series de la WTM (Heidi, Marco); y tiene un claro precedesor en "Panda Kopanda", obra menor y temprana.

La película tuvo buena respuesta de crítica, y un modesto éxito de público, aunque sin traspasar demasiado las fronteras del Japón, y sin aportar ganacias sustanciales al estudio Ghibli... al menos en el corto plazo.



Si digo que es una de mis películas preferidas (la favorita de mi infancia), y que son muchos los que piensan igual, que encanta a niños de tres años y a críticos refinados, probablemente aquel que no la haya visto se hará una idea falsa y se llevará una decepción; porque es una película muy simple y humilde, y es grande en su misma pequeñez. Contrasta con "El viaje de Chihiro"; "Totoro" no tiene la riqueza exhuberante (de concepción y realización) de aquella y, por lo mismo, tampoco tiene sus "disonancias" o rasgos "chocantes". La perfección de "Totoro" es esa propia de las obras materialmente pequeñas y elementales. No abruma, no encadila; uno se enamora sin darse cuenta.

Tal vez, la virtud más característica de Totoro sea el gozo. Hay un tono de gozo, de esa felicidad simple e intensa, propia de la infancia, que pocas veces (si es que alguna) ha sido plasmado en una obra de arte con tal maestría. Las primeras escenas son características: la excitación de las niñas al llegar a la casa, sus risas al recorrer las habitaciones (Mei copiando los movimientos de su hermana mayor) y la dicha de ir a buscar agua al arroyo... Y también (otro de los momentos perfectos), el momento en que las hermanas se levantan de la cama, en la noche cálida de luna llena, y salen afuera con Totoro.

En fin, confieso que me llené de alegría cuando supe que reestrenaban esta peli y, por supuesto, no dudaré en comprarla para mi colección cuando salga a la venta a partir del 9 de diciembre.

2 comentarios:

gnomogore dijo...

Pues a mi edad, sigo sin ver este clásico de la animación. Me has hablado mucho de ella, de como es y que calidad tan inimaginable tiene. Pero a estas alturas, nada de nada.

Voy a aprovechar su salida en dvd, y para la buchaca junto con las otras.

Muy buena reseña, sinceramente.

Korvec dijo...

Mi preferida de ese estudio y director, sigue siendo "La princesa Mononoke", pero esta, es una película que creo que en gran medida por el trabajo de Joe Hisaishi, tiene una enorme capacidad para emocionar.

Saludotes

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails