Bueno amigos/as del blog, al igual que otras películas, ésta, es una más de las que tengo en el tintero de vistas y pendientes de reseñar y tengo (y quiero) que ir sacando poco a poco a la luz. Aunque a decir verdad, el último trabajo de Burton más bien vale dejarlo donde está y que con el tiempo se olvide la gente totalmente de él. Alicia en el país de las maravillas es una tostada gigante de aburrimiento y sosería. Nada, no hay nada con lo que poder untar esta rebanada para que así, por lo menos, sea un poco más dulce la velada con dicha cita. Pero es que es triste decir, que ni con lo alucinante del fenómeno 3D, la película levante interés alguno en algunas de sus secuencias, imágenes, etc… Alicia rebosa de colorido y fantasía en la secuencia de la mesa atiborrada de comida, ahí encontramos al auténtico Burton. Triste, pero apenas unos cuatro minutos de todo el metraje.
Con la resaca festera aún en mis huesos y un día libre por delante para hacer todo lo que quisiera, me dispongo con mi mujer a pasar un día entretenido en
La historia de Lewis Carrol es bien conocida, pues la de Tim Burton está basada en el popular libro de éste, pero ambientada diez años después de los eventos contados en el mismo libreto. Alicia (Mia Wasikowska), una joven de 19 años, asiste a una fiesta en una mansión victoriana, donde descubre que está a punto de recibir una propuesta de matrimonio frente a un montón de gente estirada de la alta sociedad. Alicia entonces se escapa, corriendo tras un conejo blanco, entra a un agujero tras él... y acaba en el país de las Maravillas, un lugar que visitó hace 10 años, pero el cual no recuerda. El país de las Maravillas era un reino pacífico hasta que
Ni con gafas preparadas ni sin ellas, se pudo hacer nada por luchar contra mi apalanque de esa tarde (las 16:00 horas) y quedar avisado desde bien pronto que iba a ser la peor película de Burton pero de calle. Cuando en una historia abundan diálogos que no tienen comprensión, secuencias de unos y otros mareándote y que al final no te han contado nada. Hace que te desesperes mucho y estés deseando que acabe la pesadilla de sobremesa, que no veo ni acertada para niños tan siquiera.
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