En Tierra Hostil (The Hurt Locker) - Kathryn Bigelow (2008)

Es toda una sorpresa esos seis Oscars otorgados a “The Hurt Locker”. Una película que no entusiasma, ni es gran cosa, pero que entretiene y si que tiene algunos momentos que dan de que hablar. Pero por lo visto, según algunos soldados y altos mandos que han visto el film, y que actualmente se encuentran en Irak. Ponen a la película de Bigelow de incomprensible y embuste total.

De la considerable lista de películas que ha realizado esta señora, yo sólo puedo hablar de tres. La estupenda y magnífica “Dias extraños” con Ralph Finnes y Juliette Lewis en estado de gracia. Una cinta que contaba como un ex policía, Leny, devenido en traficante de discos de un sistema ilegal (tecnología desarrollada por el gobierno) se meterá de lleno en un asunto bastante serio y problemático a su vez, y con un final en un principio, desagradable y amargo. “El peso del agua” con Sean Penn y Elizabeth Hurley entre otros. Película que narraba la vida de un una fotógrafa que llega a una isla acompañada de su novio, su cuñado y la novia de éste, con el fin de realizar un reportaje sobre un crimen ocurrido un siglo antes en ese lugar. Una cinta lenta y densa, pero muy interesante. Y “The hurt Locker” con Jeremy Renner como protagonista y principal motor de este nuevo capitulo, y ya no sé cuantos irán, sobre la guerra de Irak.

Con sólo tres películas para poder opinar sobre el trabajo de Kathryn, y concretamente, sobre esta tierra tan hostil. Puedo decir con plena firmeza, que es una directora que sabe manejarse a la perfección detrás de la cámara. Que intenta de la mejor manera posible, llevar una historia escrita por Mark boal un tanto desacertada, a buen puerto. “The Hurt Locker” se abre directamente en plena calle de una ciudad de Irak (no recuerdo el nombre o creo que no se dice) mostrándonos a tres soldados pertenecientes a la brigada estadounidense encargada de la desactivación de explosivos que está desplegada en Irak, una unidad de élite de artificieros que se ve inmersa dentro de una caótica ciudad donde cualquiera puede ser un enemigo potencial y cualquier objeto puede ser una bomba. El grupo está liderado por el sargento Thompson (Guy Pearce). Cuando éste fallece en el transcurso de una misión, de lo mejorcito de todo el metraje, se queda al mando el imprevisible impávido y a la vez imprudente sargento William James (Jeremy Renner). Restando algo más de treinta días para que la brigada finalice su turno de rotación en Iraq, el imprudente comportamiento de James hará que sus dos subordinados, el sargento Sanborn (Anthony Mackie) y el especialista Eldridge (Brian Geraghty), aprecien seriamente el peligro que corren en su dichoso oficio (buen curre si)

Dos horas y algún minuto de acción, drama, sudor, sangre, polvo y mucha tierra árida. Pero una acción con altibajos considerables que hacen que la película pierda el interés por momentos. Momentos de en los que tu sangre corre un poquito más rápido, por ejemplo; cuando tira de una cuerda roja y salen… o el momento del coche que explota y el sargento James es incapaz de encontrar el origen de la bomba. O cuando se adentran en una nave abandonada y encuentran el cuerpo de un niño que iba a ser utilizado como humano-bomba. El inesperado encuentro con unos soldados en medio del desierto y donde presenciaremos una buena y áspera batalla a base de ráfagas contra los Iraquíes, también podría destacarse. Pero para momentos y estos sin nada de acción, cosas de la vida, son cuando James y Sanborn montados en el jeep, cruzan palabras sobre su vida familiar. Las ganas de Sanborn de poder crear una familia son enormes, hasta el punto de ponerse a llorar y no saber como hacer para conseguir esa meta. Al contrario que James, un tipo rancio a su familia, de la que se puede decir, que pasa olímpicamente. El casi final de la historia, donde vemos a James comprando junto a su mujer y su niño en un gran supermercado, y es eclipsado ante la descomunal estantería de cajas de Cornflakes. O las últimas palabras que oímos decirle a su hijo. Vienen a demostrar de qué madera está hecho James, y lo que realmente ama en su vida.

En tierra hostil me parece un film bastante descafeinado, con algunos sorbitos dulces, pero a fin de cuentas, una película muy normalita y, sinceramente, no te cuenta ni te muestra nada nuevo.